Cuando una persona vive una situación de pecado habitual que le impide comulgar, ¿tiene caso que realice buenas obras o simplemente no sirven de nada?
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Muchos
pueden ser los impedimentos para que una persona no pueda acercarse a comulgar,
sobre todo si vive en situación de pecado habitual, que podría definirse como
un pecado que se ha hecho costumbre y no se tiene propósito de enmienda.
Tales
pueden ser las situaciones en las que existe un compromiso y no es fácil
deshacerlo, como el que contraen los divorciados vueltos a casar.
¿Dios toma en
cuenta las obras buenas?
Para
el padre Sergio Moctezuma, penitenciario de la Catedral de Celaya, es doctrina
común, tanto en las enseñanzas del magisterio de la Iglesia y de los autores
espirituales, que el Señor toma en cuenta las obras buenas aunque no estemos en
estado de gracia.
«¿Por
qué motivo? En primer lugar, porque las obras no solo son fruto de la buena
voluntad de las personas, sino que ya son una manifestación de la acción
del Espíritu Santo en
las almas», destaca el padre Moctezuma, y agrega que «aunque por nuestros
pecados mortales obstaculizamos la acción de la gracia en nosotros, Dios sigue
actuando».
La acción del
Espíritu Santo
El
presbítero remarca que «la conversión que se provoca en nosotros, el deseo de
regresar a Dios, el arrepentimiento, etc., es obra del Espíritu Santo que nos
motiva, nos impulsa, nos mueve, nos vuelve a seducir -por decirlo de esta
manera-; por lo tanto, esto da garantía de que el Espíritu Santo actúa en
nosotros, aunque hayamos perdido la gracia por nuestros pecados. Dios no se
queda con los brazos cruzados».
«Ante los ojos
de Dios es hermoso»
El
padre Sergio continúa diciendo que «aunque uno esté en pecado mortal, las
buenas obras hechas como un acto de amor desinteresado, más perfecto, más puro,
más honesto, lógicamente ante los ojos de Dios es hermoso».
Volver a la
plena comunión
El
padre penitenciario destaca que además de que ese acto de amor ya es un signo
de que Dios está actuando en ellas, «lógicamente, las irá impulsando cada vez
más a regresar a una comunión más perfecta con él».
Concluye
que esto también invita a todos -puedan comulgar o no- a participar
activamente. «Ahí está una clara doctrina de la Iglesia, sobre todo la más
reciente, a hacer las buenas obras para que vivan practicando la caridad y, de
esta manera, Dios siga actuando en ellos y un día puedan acercarse a la plena
comunión sacramental».
Mónica Muñoz
Fuente: Aleteia