El Papa vuelve a pedir que se hagan esfuerzos cuanto antes para que la violencia y los horrores se reduzcan
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Francisco se reunió con los
participantes en el Primer Coloquio entre el Dicasterio para el Diálogo
Interreligioso y el Congreso de Líderes de Religiones Tradicionales y Mundiales
y denunció que la brutalidad de los conflictos, en diversos países del mundo,
está matando a miles de personas. Hay que hacer todo lo posible para dialogar y
lograr la armonía entre los pueblos, afirmó, e instó a respetar la diversidad y
a proteger el medio ambiente.
Hoy muchos,
demasiados, hablan de guerra: la retórica belicosa vuelve a estar de moda, por
desgracia. Pero mientras se difunden palabras de odio, la gente muere en la
brutalidad de los conflictos. En cambio, es necesario hablar de paz, soñar con
la paz, dar creatividad y concreción a las expectativas de paz, que son las
verdaderas expectativas de los pueblos y de las personas. Hay que hacer todos
los esfuerzos posibles en esta dirección, dialogando con todos.
Francisco pide
que nos comprometamos de distintas maneras, que hagamos todo lo posible para
promover la paz y buscar caminos de diálogo para que cesen las guerras que
están matando a miles de personas en distintas partes del mundo. Tras el
llamamiento lanzado ayer
durante la audiencia general, el Papa vuelve a pedir que se hagan esfuerzos cuanto
antes para que la violencia y los horrores se reduzcan en su discurso a los
participantes en el Primer Coloquio entre el Dicasterio para el Diálogo
Interreligioso y el Congreso de Líderes de Religiones Tradicionales y Mundiales
-una plataforma nacida en Kazajistán que involucra a líderes religiosos y
exponentes del mundo de la política la cultura y los medios de comunicación-,
un encuentro que, "desde el respeto a la diversidad y con la intención"
de "enriquecerse mutuamente", espera que pueda ser un "ejemplo
para no ver en el otro una amenaza, sino un don y un interlocutor precioso para
el crecimiento mutuo".
Cultivar la
armonía entre religiones y culturas
La iniciativa,
sobre el tema "Nuestra casa común: un don divino que amar y cuidar",
"primer fruto significativo del Memorándum de entendimiento firmado entre
el Centro Nazarbayev" y el Dicasterio para el Diálogo Interreligioso y en
el que participa el Senado de la República de Kazajistán, recuerda al Pontífice
su viaje apostólico a Kazajistán, del 13 al 15 de septiembre de 2022, para
participar en Astana en el VII Congreso de Líderes de Religiones Tradicionales
y Mundiales, y la visita al Vaticano el pasado mes de enero del Presidente del
Senado y jefe de la Secretaría del Congreso Maulen Sagathanuly Ashimbayev y en
esta ocasión jefe de la delegación kazaja.
Es preciso
apoyarnos en el cultivo de la armonía entre religiones, etnias y culturas,
armonía de la que su gran país puede sentirse orgulloso.
La sana
laicidad que distingue religión y política
"El
respeto de las diversidades" y "el compromiso por la 'casa
común'", añadió el Papa, son también aspectos que caracterizan la realidad
de Kazajistán.
Por lo que
respecta al respeto de la diversidad, elemento indispensable en democracia -que
debe promoverse constantemente-, contribuye mucho a crear armonía el hecho de
que el Estado sea "secular". Se trata, evidentemente, de una laicidad
sana, que no mezcla religión y política, sino que las distingue por el bien de
ambas, y que al mismo tiempo reconoce el papel esencial de las religiones en la
sociedad, al servicio del bien común.
En el país
asiático, la equidad y la igualdad de las diferentes etnias, religiones y
culturas "con respecto al trabajo, al acceso a los cargos públicos y a la
participación en la vida política y social" favorecen "la paz y la
armonía social", explicó Francisco, para que "nadie se sienta
discriminado o favorecido a causa" de su identidad.
Salvaguardar
la creación
En cuanto a la salvaguardia de la creación, es una "consecuencia inalienable del amor al Creador, a los hermanos y hermanas con los que compartimos la vida en el planeta", prosiguió el Papa, en particular "a las generaciones futuras", a las que "estamos llamados a transmitir una herencia que hay que salvaguardar, no una deuda ecológica que hay que pagar". De ahí la esperanza de que el Primer Coloquio entre el Dicasterio para el Diálogo Interreligioso y el Congreso de Líderes de Religiones Tradicionales y Mundiales pueda aportar "una contribución importante en este sentido".
Tiziana Campisi - Ciudad del Vaticano
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