San Juan Pablo II proclamó a lo largo de sus 27 años de Pontificado un total de 269 santos, de los cuales 24 son españoles: en el portal ECCLESIA repasamos la lista
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Vatican Media. Dominio público |
Domingo Ibáñez de Erquicia
El fraile vasco llegó a
Filipinas en 1611 como misionero y profesor. En 1623, partió
hacia Japón, cuando la persecución era la más violenta. Durante diez años
trabajó entre los cristianos, para consolarlos, reconciliar a los apóstatas,
administrando los sacramentos en circunstancias dolorosamente difíciles.
Constantemente buscado por las autoridades, y
deseando el martirio, fue capturado en julio de 1633 e internado en la prisión
de Nagoya. Llevado a Nagasaki, y tras negarse a renunciar a su fe, fue
puesto en el tormento de la horca y del pozo el 13 de
agosto de 1633 y murió al día siguiente. Fue canonizado en 1987.
Alfonso Rodríguez Olmedo
Zamorano del
siglo XVII, fue un mártir jesuita destinado a las misiones en Paraguay. Fue canonizado por Juan Pablo II el 16
de mayo de 1988.
En 1628 pasó
a las misiones guaraníes del Paraná y luego a Itaipú. Se le designó para que
acompañara a Roque González de Santa Cruz en la fundación del pueblo de Todos
los Santos de Caaró, en la banda oriental del río Uruguay. Pero Ñezú, hechicero y cacique de Igní,
se oponía al proyecto y dio la orden de matar a los misioneros.
El 15 de noviembre de 1628, estando reunidos en
la plaza para presenciar la instalación de una campana, los indígenas
aparecieron de improviso y en medio de la confusión golpearon a González en la
cabeza. Al oír el ruido, Alfonso
Rodríguez Olmedo salió de la iglesia y fue igualmente muerto a golpes de itaizá
(mazo de piedra). Sus cuerpos fueron arrastrados hasta la
iglesia y quemados con cuadros e imágenes. Juan del Castillo correría la misma
suerte unos días después, siendo asesinado el 17 de noviembre de 1628.
Jerónimo
Hermosilla
Nacido en
Santo Domingo de la Calzada (La Rioja en 1800), Jerónimo Hermosilla fue
obispo y mártir dominico. Fue canonizado en 1988, 127 años después de su
muerte.
Jerónimo
Hermosilla fue el menor de los nueve hijos de Agustín Julián Hermosilla y Sáenz
y de Catalina Aransay, quienes disponían de pocos recursos.
En 1829 fue
enviado como misionero a Tonkín, al norte de la actual Vietnam, donde
realizaría una labor docente con los catequistas locales y colaboraría con las
religiosas dominicas. Allí
el 15 de mayo de ese año vivió la persecución y matanza que el emperador Minh
Mang llevaba a cabo contra los cristianos.
Fue torturado en una jaula de
1,20 metros de altura y decapitado junto a sus compañeros mediante espada en
1861.
Valentín de Berriochoa
Fue canonizado junto Jerónimo
Hermosilla en junio de 1988, tras ser asesinado por el régimen
vietnamita en 1861. Valentín de Berriochoa nació en Elorrio (Vizcaya) en 1827.
Misionero dominico, es
considerado hoy como segundo patrón de Vizcaya y de la diócesis de Bilbao.
El 25 de diciembre de 1857 fue nombrado obispo
titular de Centuria. Pudo desarrollar su ministerio únicamente durante
tres años con muchas dificultades hasta que en 1861, durante un recrudecimiento
de la persecución contra los cristianos en la zona de su vicariato, fue
denunciado y detenido.
El tribunal que le juzgó
determinó que Berriochoa fuese encerrado en una pequeña jaula individual donde
solamente pudieran estar en cuclillas. Allí encontró, también en jaulas
similares, a los demás compañeros apresados anteriormente. La ejecución de
Berriochoa se llevó a cabo por decapitación el 1 de noviembre de 1861.
Sus restos
mortales fueron trasladados al País Vasco en 1886 y reposan en la Basílica de
la Purísima Concepción de su Elorrio natal. La tumba fue profanada durante la Guerra
Civil Española.
Simón de Rojas
Fundador de la Congregación de
los Esclavos del Dulcísimo Nombre de María, siempre estuvo al
servicio de los pobres y los enfermos de Madrid, aunque sus orígenes son
vallisoletanos, donde nació en 1552.
Simón de Rojas es conocido como
el 'Apóstol del Ave María'. El fervor que mostró por la Virgen le fue
inculcado por su madre Constanza, que desde niño le instruyó en las oraciones a
María, y sus hagiógrafos mantienen que sus primeras palabras, cuando contaba
catorce meses, fueron 'Ave María'.
Mandó imprimir miles de estampas de la Virgen y
sus influencias en la Corte consiguieron que se labrase en oro en la fachada
del Real Alcázar de Madrid. En 1622 escribió una liturgia dedicada al
Santo Nombre de María, que más tarde el Papa Inocencio XI extendió a toda la
Iglesia, para su rezo el 12 de septiembre.
Falleció en
Madrid el 29 de septiembre de 1624. El 3 de julio de 1988, antes de la clausura
del Año Mariano, fue canonizado por Juan Pablo II.
María Rosa Molas
Nacida en
Reus en 1815, fue fundadora de la orden de las Hermanas de Nuestra Señora de la
Consolación. Era
sensible ante la pobreza y desde joven se dedicó a curar a enfermos.
En 1841 ingresó en la comunidad del Hospital de San Juan de Reus y de la Casa
de la Caridad de la misma localidad.
Fue canonizada el 11 de diciembre de 1988. En
la actualidad, las continuadoras de su obra las Hermanas de Nuestras Señora de
la Consolación, están presentes en cuatro continentes:Europa; Asia; África y
América.
Ezequiel Moreno y Díaz
Sacerdote
agustino recoleto de origen riojano, es el santo invocado como patrón de los
enfermos de cáncer. Llegó a ser prior del monasterio de
Monteagudo en Navarra en 1864, aunque fue ordenado sacerdote en Manila el 3 de
junio de 1871. Fue obispo de Pinara y Pasto en Colombia en 1895.
A nivel
teológico, su obra más importante fue la defensa de las Apariciones de Jesucristo
a Sor Encarnación Rosal, ocurridas en el año 1857 en el Beaterio de Belén de
Guatemala, para lo cual escribió una tesis llamada "Devoción a los Dolores
Internos del Sagrado Corazón de Jesús", recibiendo la aprobación de la
Sede Apostólica.
San Juan Pablo II lo proclamó santo en 1992, durante la
celebración de la IV Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Santo
Domingo, República Dominicana, y en el marco del V Centenario de la
Evangelización del Continente Americano.
Juan Grande Román
Fundador del
hospital San Juan de Dios en Sevilla, nació en la localidad de Carmona en 1546,
aunque buena parte de su vida transcurrió en Jerez de la Frontera. Su vida es fiel ejemplo, vivido por los
primeros hermanos de la fraternidad hospitalaria de Granada, de la escuela del
fundador.
Recibió una
esmerada educación cristiana en el seno familiar y desde los siete años como
niño de coro en la misma parroquia de San Pedro donde había sido bautizado.
En Jerez de la Frontera, por consejo de un
padre franciscano se
dedicó a atender a los pobres de la Cárcel Real y a algunos enfermos
convalecientes que acogía. Tuvo una aparición de Cristo
todo ensangrentado que le impresionó mucho y marcó su alma de buen samaritano.
Juan Grande Román se
dedicó en cuerpo y alma a la tarea externa de buscar, cuidar y servir a los
pobres y enfermos, a recorrer calles y pueblos buscando limosnas y a
multiplicarse en multitud de obras de misericordia.
Su labor asistencial se
extendía además a los soldados enfermos, a las mujeres prostitutas e incluso a
los niños enfermos y pobres, como catequista. Toda su vida exterior
de trabajo estaba fundamentada en su vida de fe y de oración y era la clave de
su espiritualidad; vivía dedicado plenamente a su comunidad y al Hospital. Fue canonizado por Juan Pablo II el 2 de junio
de 1996.
Mártires de Turón
En 1999
fueron canonizados los ocho Hermanos de La Salle (José Sanz; Filomeno López;
Vilfrido Fernández; Claudio Bernabé; Vicente Alonso; Ramón Martín; Héctor
Valdivieso y Manuel Seco) y un sacerdote pasionista (Manuel Canoura) asesinados en 1934 en la parroquia asturiana
de Turón (en Mieres) durante la Revolución de Asturias que tuvo lugar en la
España de la Segunda República.
De los ocho
Hermanos de La Salle, siete eran españoles y uno argentino, convirtiéndose en
el primer santo de esta nación. Dirigían el colegio Nuestra Señora de
Covadonga, que había sido fundado y era sostenido por la empresa Altos Hornos
de Vizcaya, que era la propietaria de las minas, única fuente de trabajo de la
localidad. El Padre pasionista se encargaba de la asistencia sacramental de la
comunidad.
En el marco
de la revuelta, los
sacerdotes y religiosos fueron considerados enemigos y se dio orden de
detenerlos. Muchos pudieron evadirse o esconderse, en
bastantes ocasiones gracias a la intervención de los dirigentes del comité
revolucionario. Otros fueron encerrados en cárceles improvisadas y sometidos a
múltiples atropellos.
A pesar de las advertencias dadas, en varios
lugares se los fusiló sin piedad. Y en ocasiones ello se hizo después de una
parodia de juicio popular, donde los comités revolucionarios se erigieron
en tribunales y los jueces fueron los mismos verdugos. Fueron
33 los sacerdotes y religiosos asesinados.
El 5 de
octubre un grupo de revolucionarios arrestó a los ocho hermanos que trabajaban
en la escuela de Turón y al sacerdote pasionista que estaba con ellos. Los
nueve religiosos fueron concentrados en en la Casa del Pueblo a la espera de la
decisión que había de tomar el comité revolucionario.
Al atardecer
del 8 de octubre de 1934, bajo las órdenes de Silverio Castañón y Fermín
García, se abrió una zanja en el cementerio destinada a recoger los cadáveres de
los hermanos, que
fueron asesinados por un piquete que, a falta de voluntarios en Turón, había
reclutado Silverio en las localidades de Mieres y Santullano.
Josemaría Escrivá de Balaguer
El sacerdote español fundó en
1928 el Opus Dei. Nacido en Barbastro (Huesca) en 1902, su
publicación más conocida es 'Camino', obra traducida a decenas de idiomas y con
varios millones de ejemplares vendidos.
Tras su
muerte el 26 de junio de 1975 como consecuencia de un infarto, la Santa Sede
recibió miles de cartas solicitando la apertura del proceso de canonización. En
1992 Juan Pablo II le beatifica en la Plaza de San Pedro de Roma, destacando su
“sobrenautral intuición” y su capacidad para predicar de manera
incansable “la llamada universal a la santidad y al apostolado”.
El 6 de octubre de 2002 es canonizado por el
Pontífice polaco, apoyado por los cientos de miles de personas que
asistieron a los actos. Durante la ceremonia de su canonización, Juan Pablo II
animó a todos a buscar la santidad en medio del mundo, en el trabajo y la vida
ordinaria, tal como lo enseñaba el nuevo santo y siguiendo su ejemplo.
En la bula
de canonización, Juan Pablo II se refería a Josemaría Escrivá de Balaguer como “el santo de lo ordinario o de la
vida ordinaria”.
Enrique de Ossó y Cervelló
El sacerdote
catalán nació en 1840. Fundó la Congregación de las Hermanas de la
Compañía de Santa Teresa de Jesús, conocidas popularmente
como las 'Teresianas'. Es una de las figuras que en el siglo XIX intentaron
mantener viva la fe cristiana en España.
Pocos años
después de funbdar la congregación, las Hermanas Teresianas estaban presentes
en los cinco continentes extendiendo el pensamiento de su fundador, San Enrique de Ossó y de Santa Teresa de Ávila
con una notable labor evangelizadora y educativa.
Fue canonizado el 4 de mayo de 2003 por el
Papa Juan Pablo II en la plaza de Colón de Madrid, durante la última
visita de Karol Wojtyla a nuestro país.
Pedro Poveda
Sacerdote,
pedagogo y escritor jienense, nació en 1874. Fue fundador de la Institución
Teresiana. Al estallar la Guerra Civil Española, en julio de 1936, fue detenido en su vivienda en Madrid para ser
fusilado al día siguiente en las tapias del cementerio de la Almudena.
Férreo
defensor de una educación universal, en 1902 funda en Guadix, donde estudió en
el Seminario para ser sacerdote, las Escuelas del Sagrado Corazón para niños
pobres, aplicando los métodos de la Escuela Nueva contextualizados para aquella
población, al estilo de las Escuelas del Ave María. El rechazo de la burguesía y parte del
clero a la reconocida acción social del joven sacerdote le hacen salir de
Guadix.
En 1906 Pedro Poveda es nombrado canónigo de la
Basílica de Santa María la Real de Covadonga. Allí comienza un proyecto para preparar
profesores cristianos laicos capacitados para evangelizar a través de la
educación y la cultura. Investiga, lee, estudia y publica
diversos escritos sobre la problemática educativa y la formación del profesorado.
Durante los
años treinta interviene decisivamente en la Asociación de Maestros Católicos y
de la Federación de Amigos de la Enseñanza (FAE).
La Institución Teresiana es
aprobada por el papa Pío XI en 1924 como Pía Unión de Fieles de carácter internacional. Actualmente esta
figura canónica ha pasado a ser la de Asociación Privada de Fieles y sus
miembros hombres y mujeres que, desde sus diversas profesiones y especialmente
en el ámbito de la educación y la cultura, trabajan por la transformación humana
y social, según el Evangelio. Desde el principio, la formación de la mujer ha
sido un campo preferente y un elemento multiplicador de su acción.
Fue
canonizado en Madrid el 4 de mayo de 2003.
José María Rubio
Conocido como el 'Apóstol de
Madrid', el santo jesuita nació en Almería en 1864. En vida de José María
Rubio se le atribuyeron hechos prodigiosos, como bilocaciones, curaciones,
profecías y videncia, muchos de ellos ratificados por numerosos testigos. Sin
embargo, lo que domina en su recuerdo es el testimonio de su ejemplo y su
palabra junto al mensaje de que la santidad está al alcance de todos por el
sencillo camino de entrega a la voluntad de Dios. Su máxima preferida era:
“Hacer lo que Dios quiere y querer lo que Dios hace”.
Genoveva Torres Morales
Fundadora
del Instituto de las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús y de los
Ángeles para ayudar a las mujeres, Genoveva Torres nació
en Castellón en 1870 y falleció en Zaragoza en 1956.
Fue la menor
de seis hermanos. A los trece años, se le diagnosticó un tumor maligno en una
pierna, la cual debió ser amputada a la altura del muslo, en una operación sin
anestesia para eliminar la gangrena. Desde entonces tendría que andar siempre con
dos muletas.
En 1885
vuelve a caer enferma. El cuerpo se le llenó de llagas por lo que tuvo que ser
asilada en la Casa de la Misericordia de Valencia, regentada por las Carmelitas
de la Caridad. Allí completó su escasa cultura y profundizará su formación
espiritual.
En 1911, unida a dos compañeras (Isabel y
Amparo), fundó la Sociedad Angélica para ofrecer un nuevo hogar a mujeres
solas, aportando la pensión que pudieran. El 2 de febrero de 1911 se inauguró
la primera casa en Valencia con cuatro residentes y viaja por las principales
ciudades españolas fundando residencias.
En 1931, la
madre Genoveva empieza su tarea como maestra y guía espiritual del nuevo
Instituto Religioso, aunque primero la República y después la Guerra hacen que
la Orden pierda diferentes casas en todo el país. Después de la guerra, la religiosa se
convierte en la principal animadora para recuperar las Casas perdidas durante
el conflicto, y así, al poco tiempo ya estaban funcionando
de nuevo las seis Casas de la Sociedad Angélica.
Fue canonizada el 4 de mayo del
2003 en
la Plaza de Colón de Madrid.
Ángela de la Cruz
Monja
sevillana, fundó la congregación de la Compañía de la Cruz para ayudar a los
pobres y a los enfermos. Fue
canonizada por Juan Pablo II el 4 de mayo de 2003, dos
décadas después de que el propio Pontífice polaco la beatificara en su primer
viaje a España.
Su
trayectoria empezó en los trabajos más de andar por casa. Su familia es de
origen pobre y humilde. El ambiente religioso siempre rodeó a aquel hogar
netamente modesto.
Durante su
juventud, Ángela trabajó en una zapatería, situación que compaginaba con la
atención a los pobres y necesitados que conoció en el barrio Santa Cruz,
siguiendo el Modelo de Cristo en el Evangelio. De esto se serviría el Señor para
encauzarle a la tarea que iba a desempeñar en la Iglesia. Y
es que cuando tuvo por confesor al Padre Torres, hizo propósito de entrar en la
vida religiosa, pero el guía espiritual le ayudó a descubrir los designios de
la Providencia, que le llevaba a fundar un nuevo carisma: La Compañía de
Hermanas de la Cruz.
Su cometido fundamental era precisamente la
asistencia los más necesitados, siguiendo la idea que Ángela había desempeñado
hasta ese momento. A ello se unía la austeridad que tenían. También
asumieron muchos rasgos del espíritu franciscano, en su camino de perfección.
Su propio confesor le animó a que pusiese por escrito cuanto había vivido, un
hecho testimonial porque su aprendizaje precario de leer no le impide a
contarlo en cuadernos y libros.
Santa Ángela
de la Cruz muere el año 1932 en la capital hispalense, dejando escritos de gran
profundidad.
Maravillas de Jesús
Su nombre completo era María de
las Maravillas de Jesús Pidal y Chico de Guzmán. Natural de Madrid
nace el 4 de noviembre de 1891. Desde pequeña siempre mostraba una cercanía
hacia Cristo con grandes deseos de consagrarse a Él, así como de vivir apartada
de los afanes del mundo. Su generosidad era también muy patente por lo que no era
extraño verle ayudar a los necesitados que se encontraba. Todo esto fue
cristalizando en una opción de vida que le llevó auna consagración
contemplativa.
Maravillas
profesaba profunda devoción a la Virgen del Carmen, Santa Teresa de Jesús y San
Juan de la Cruz. Siempre
tuvo el deseo de revitalizar la Orden Carmelitana a imitación de Santa Teresa
de Jesús. Ello le lleva a hacer fundaciones. Especialmente
cobra importancia el Carmelo que funda en el Cerro de los Ángeles, en pleno
centro y corazón de España, a los pies del Monumento al Sagrado Corazón que se
erige en ese lugar.
Su fortaleza de vida queda patente al estallido
de la persecución religiosa que se produjo en los años treinta y durante la
Guerra Civil.
Muere en La Aldehuela en 1974 y
pronto se extiende su fama de santidad. En sus últimos momentos
expresó "¡Qué felicidad morir carmelita!", frase que se considera una
evocación de Santa Teresa quien antes de morir dijo: "Al fin muero hija de la Iglesia
Católica". Fue canonizada en 2003 en Madrid.
Fuente: ECCLESIA