El prefecto emérito del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Cardenal Robert Sarah, alentó en Camerún a todos los obispos de África a ser defensores de la unidad de la fe en la segunda sesión del Sínodo de la Sinodalidad, que se realizará en octubre de este año en el Vaticano.
Crédito: Sabrina Fusco / ACI Prensa. Dominio público |
Antes
de la realización del evento, cinco cardenales, entre ellos Sarah, consultaron
al Papa Francisco sobre algunos temas de doctrina y
disciplina que se trataron en el Sínodo. Al concluir la primera sesión del
evento, se publicó el documento de síntesis en
el que algunos temas controvertidos como el género, la identidad sexual o el
diaconado femenino no presentan ninguna conclusión, sino que sólo se pide que
se continúe su estudio.
Una obra de caridad:
Recordar la verdad sobre la homosexualidad
El
Cardenal Sarah se encontró hace unos días con los obispos de Camerún. Antes de
hablar del Sínodo, los felicitó
por prohibir la implementación de la declaración Fiducia
supplicans del Vaticano, que permite la bendición de parejas
homosexuales.
“Han
servido grande y profundamente a la unidad de la Iglesia. Han cumplido una obra
de caridad pastoral recordando la verdad”, señaló el purpurado, según detalla
el vaticanista italiano Sandro Magister, en su sitio web Diakonos.be.
El
cardenal, oriundo de Guinea, señaló luego que “algunos en occidente han querido
hacer creer que ustedes han actuado en el nombre de un particularismo cultural
africano. ¡Es falso y ridículo atribuirles tal propósito! Algunos han afirmado,
en una lógica de neocolonialismo intelectual, que los africanos no eran
‘todavía’ listos para bendecir parejas homosexuales por razones culturales,
¡como si occidente estuviese más adelantado que los africanos atrasados. ¡No!”.
“Ustedes
han hablado por toda la Iglesia ‘en nombre de la verdad del Evangelio y por la
dignidad humana y la salvación de toda la humanidad en Jesucristo’. Han hablado
en el nombre del único Señor, de la única fe de la Iglesia”.
Defender la “unidad universal de la fe” en el
Sínodo de la Sinodalidad
En
sus palabras a los obispos africanos, el Cardenal Sarah los animó a defender la
fe ante quienes “se alistan a propugnar un programa de reformas” en el Sínodo,
como “la idea destructiva de que la verdad de la fe debe ser recibida de modo
diferenciado y de acuerdo a los lugares y culturas de los pueblos”.
En
su opinión, esta perspectiva hace parte de la “dictadura del relativismo”, que
muchas veces denunció el Papa Benedicto XVI, que busca además “consentir
violaciones de la doctrina y de la moralidad en determinados lugares con el
pretexto de la adaptación cultural”.
“Se
quiere permitir el diaconado femenino en Alemania, los sacerdotes casados en
Bélgica, la confusión entre sacerdocio ordenado y sacerdocio bautismal en la
Amazonía”, pero “nosotros, sucesores de los Apóstoles, hemos sido ordenados no
para promover y defender nuestras culturas, sino ¡la unidad universal de la
fe!”, exclamó.
“Esta
verdad es la misma en todo lugar, en Europa y África, en Estados Unidos, porque
la dignidad humana es la misma en todo lugar”.
Cardenal Sarah: La Iglesia Católica en África es
la voz de los pobres y los sencillos
Tras
recordar que los obispos de África ya han defendido la dignidad del hombre y la
mujer creados por Dios, en la primera sesión del Sínodo de la Sinodalidad, el
Cardenal Sarah lamentó que esta “voz ha sido ignorada y despreciada por quienes
tienen como única obsesión complacer a los lobbies occidentales”.
“La
Iglesia de África deberá defender entonces la verdad del sacerdocio y la unidad
de la fe”, subrayó.
El
prefecto emérito resaltó además que “la Iglesia de África es la voz de los
pobres, los simples y los sencillos. A ella le espera la tarea de anunciar la
Palabra de Dios a los cristianos de occidente que, por ricos, se creen
evolucionados, modernos y sabios por la sabiduría del mundo”.
“No
sorprende entonces que los obispos de África, en su pobreza, sean hoy los
heraldos de esta verdad divina ante la potencia y la riqueza de ciertos
episcopados de occidente”, agregó.
El
purpurado africano indicó asimismo que “numerosos prelados occidentales se han
paralizado ante la idea de oponerse al mundo porque sueñan con ser amados por
él. Han perdido la voluntad de ser signos de contradicción”.
“Tal
vez una excesiva riqueza material lleva a asumir compromisos con los asuntos
del mundo. La pobreza es una garantía de ser libres para Dios”.
El “ateísmo
fluido” en la Iglesia Católica: “La última trampa de satanás”
El
Cardenal Sarah advirtió luego que “la Iglesia de nuestro tiempo vive la
tentación del ateísmo”, un ateísmo “fluido” que es “una enfermedad peligrosa,
considerando además que sus primeros síntomas parecen benignos”.
“¡No
debemos ceder a la mentira! La esencia del ateísmo fluido es la promesa de un
acomodamiento entre la verdad y la mentira. ¡Es la tentación más grande de
nuestro tiempo!”.
Tras
señalar que “todos somos culpables de este acomodamiento”, el purpurado africano
puso como ejemplo que a veces “fingimos ser cristianos creyentes u hombres de
fe, celebramos ritos religiosos, pero en realidad vivimos como paganos y no
creyentes”.
“El
ateísmo fluido es la última trampa del tentador, de satanás”, advirtió.
Tras
alentar al cambio en cada uno para contribuir al cambio del mundo, el Cardenal
Sarah instó a caminar “con nuestra mano en la mano de Dios” y así hacer frente
a la crisis actual.
Para concluir, el cardenal resaltó que “la Iglesia está muriendo, infestada por amargura y por el espíritu de partes, y sólo el espíritu de fe puede fundar una auténtica benevolencia fraterna. El mundo está muriendo, devorado por la mentira y la rivalidad, y solo el espíritu de fe puede darle la paz”.
Por Walter
Sánchez Silva
Fuente: ACI