El único monasterio del mundo de esta Orden dedicado a la clausura se encuentra en Segovia
Monasterio de Santa María del Parral de Segovia. Dominio público |
Ubicado junto a la iglesia de la Vera Cruz, fue mandado construir por Enrique IV en 1477, y los diferentes edificios que componen el conjunto monacal se encuentran distribuidos alrededor de varios claustros de estilos gótico, mudéjar y plateresco. El propio monarca quería ser enterrado en estos lares, circunstancia que no pudo ser posible. La obra finalmente se acabaría en el año 1503. En los siguientes años se fueron realizando numerosas obras como los sepulcros del marqués de Villena y su esposa, así como el retablo mayor de la iglesia.
En el año 1654 un incendio
destruyó buena parte de los edificios monacales que nuevamente se se volvería a
levantar hasta que llegó la fatídica desamortización de Mendizábal, algo que
hizo que el monasterio quedara abandonado y sus obras de arte dispersas por
todo el mundo. En aquel entonces, la Comunidad se encontraba formada por 27
monjes, cuatro criados y otros cuatro estudiantes.
En 1914 es declarado Monumento Nacional y se emprenden
trabajos de restauración en la iglesia. Tras años desaparecidos, en el año 1925
llega una nueva remesa de Jerónimos a la localidad y desde entonces hasta ahora
se van restaurando distintas estancias en el lugar y recuperando bienes que
salieron en sus días. La Iglesia actual consta de varias capillas como la
Virgen de los Cuchillos, de la Anunciación, de San Gregorio. la de San
Sebastián y cuenta con varios sepulcros como los de la familia Solís o los de
la familia Tapia y actualmente se está restaurando el retablo principal del
templo.
Y como es el día a día de estos monjes que viven en clausura. Pues su jornada
arranca a las 6,15 de la mañana con el oficio de Lectura y media hora después
llegan las Laudes, Ángelus y la Lectio Divina y la Tercia. A las 8,30 llega el
momento del desayuna y la jornada de trabajo que se prolonga hasta las 12,30 de
la mañana.
A la una se celebra la eucaristía y la acción de gracias y
después el Ángelus y la sexta para a las 14,15 la comida. Después de un tiempo
de retiro o descanso, a las 16 horas arranca la nona antes del tiempo de celda
que se prolonga hasta las 19 horas cuando se celebran las Vísperas antes de la
cena a las 19,50. Y para finalizar el día, a las 20:20 las Completas y el Salve
y a las 20:40 el Silencio Mayor, antes de retirarse a descansar para la
siguiente jornada.
Silencio absoluto a lo largo de todo el día, aunque hay
visitas para contemplar el monasterio en dos ocasiones a lo largo del día, en
uno de los escasos momentos que hay contacto con el exterior, y no está
permitido ni teléfonos móviles ni ordenadores.
Y si uno quiere permanecer con ellos durante unos días, ofrecen
un servicio de hospedería, solo para varones, y con la
posibilidad de asistir a los actos litúrgicos y poder comer junto a la
Comunidad, pero cumpliendo con ciertas normas, como que la estancia mínima es
de tres días y máximo de siete, evitando salidas fuera del recinto de clausura,
estando prohibido el uso de pantalones cortos y fumar en la huerta de la que disponen
para su propio abastecimiento.
Toda una experiencia única en el mundo y que se puede
realizar contactando con los propios monjes "hospederia@monjesjeronimos.org"
o a través del teléfono 921 43 12 98.
JAVIER BLANCO
Fuente: La Razón