Un pequeño freno
Dominicas de Lerma |
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al
Señor. Que pases un feliz día.
Este jueves, a mi grupo de cocina, nos ha
tocado hacer la limpieza a fondo de una parte de la misma. Así que llenamos
nuestros cubos, y con estropajo en mano y un poco de spray desengrasante nos
pusimos a ello.
Cuando ya habíamos comenzado, me di cuenta de
que tenía el reloj colocado en la muñeca. Como no se puede mojar, estaba
midiendo continuamente los movimientos, procurando que no le rozase el agua. En
ese instante me di cuenta de que tenía dos opciones: o hacerlo "a
medias", procurando no mojarme, o quitarme el reloj y entregarme a fondo
en la tarea.
Ante tal planteamiento, lo tuve claro, ¡quería
quitármelo! Y qué diferencia, ya no tenía ese pequeño impedimento que me
frenaba continuamente.
Pero me daba cuenta de que, tantas veces,
tenemos aún pequeñas "cosas" que nos frenan a la hora de entregarnos
del todo. Nosotros mismos ponemos el corazón en minucias, o incluso en cuidar
nuestro propio yo, restándonos libertad, y esto provoca que nuestra entrega no
sea totalizante.
En lo que estoy estudiando, me he quedado
asombrada con la definición de perfección: no se trata de una perfección en el
sentido de hacerlo todo bien, sino que, en sentido bíblico, es la totalidad en
la entrega al Señor y a los hermanos. Y desde mi punto de vista, el término
"perfección" aquí, es sinónimo también de "felicidad", de
"bienaventuranza"…
Cristo sí que no midió las consecuencias,
aunque sabía bien cuáles eran, pero no le importó darse del todo, porque es
nuestro Salvador, y porque sabía bien que darse así era la mejor forma de
manifestarnos cómo es el Amor de Dios. Su Amor no tiene frenos, se da del todo.
Y a nosotros, seducidos por la experiencia de un Amor así, nos va capacitando
para hacer nosotros lo mismo.
Hoy el reto del amor es plantearte qué frena tu
entrega. ¿Sientes que te entregas a medias? Date un tiempo para estar con el
Señor en oración, y pídele descubrir dónde está tu corazón, qué es aquello que
te impide darte a fondo. Él no solo nos ilumina para descubrirlo, sino que su
Gracia nos irá empujando a ser cada vez más libres para entregarnos.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
03 marzo 2024
Fuente:
Dominicas de Lerma