¿Te imaginas alcanzar la santidad con tu familia? ¡Es posible! Hay un Cielo que espera por cada integrante de la familia y para lograrlo es necesario crecer en virtud
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Cada familia,
sin importar que tan grande o pequeña sea, esta llamada por Dios a gozar del
cielo; y para dar testimonio de ello, existen familias santas que nos dejan su
ejemplo -como la familia de
Santa Teresita del Niño Jesús o la de san Bernardo de Claraval- que,
con sus huellas, marcan el camino para alcanzar esa gran meta a la que todos
estamos llamados… y mejor si es en familia.
Actualmente, las familias atraviesan
tiempos difíciles en donde son atacadas; el mal ha intentado dividir a las
familias por medio de los malos hábitos que después se convierten en
vicios. Por ello, es necesario vencer al mal con el bien, creciendo y
ejercitando la virtud. Todo aquel que desee formar una familia debe tener
presente su salvación.
El padre Georges Chevrot en su libro Las Pequeñas Virtudes
del Hogar comparte cinco esenciales virtudes que no pueden faltar en
un hogar. Descubre cuales son:
1. CORTESÍA
San Francisco de Sales escribió
en una de sus cartas: «cortesía, pequeña virtud, más prueba evidente de otra
mucho mayor».
El padre Georges añade que, aunque esta sea una
virtud silenciosa, es la pequeña virtud que potenciará a las demás. El ser
educados en el trato a los demás agrada y hace un ambiente familiar más sano.
2. HUMILDAD
Esta es una
virtud evangélica, misma que nos invita a continuar con el ejemplo de María Santísima, pues ella es modelo
total de humildad.
Si nos fijamos
en los Evangelios, ella siempre se mantuvo en silencio, guardando todo en su
corazón. En el Evangelio de san Lucas es donde más escuchamos de ella, sobre
todo al convencer a su Hijo para que obrara un milagro en las Bodas de Caná.
La humildad en
el hogar es importante al momento de hablar sobre temas importantes, al momento
de pedir perdón, si es necesario, y al momento de ver por el otro.
3. GRATITUD
Ser agradecidos con nuestros padres y hermanos
-así como con nuestro cónyuge- es una virtud que nos permite tener presentes
los actos de servicio que el otro hace por nuestro bien y demostrarles que sus
detalles y esfuerzos tienen un gran valor para nosotros.
Por ejemplo, cuando una madre prepara la comida
para todos; o un que padre trabaja y busca a toda costa el bien de su familia;
y que decir que nuestros hermanos, quienes comparten la vida con nosotros.
¡Cada detalle se puede agradecer! No olvides reconocer a tu esposo o esposa,
que te ofrece lo mejor de sí
4. SINCERIDAD
«Decid, sí, si es sí, y no, si es no. Ésta es
la regla que Jesús impone a sus discípulos. Él quiere que nuestra palabra sea
digna de crédito».
El Evangelio es muy claro al invitarnos a ser
honestos en todo momento y a decir siempre la verdad. En la familia se debe
tener esa confianza y, sobre todo, hablar siempre con sencillez y humildad al
ser sinceros. Dice el padre Georges que «es propio de la sinceridad, no querer
decir más que cosas verdaderas».
5. DISCRECIÓN
En esta virtud se nos invita, como familia, a
ser discretos al hablar con el otro y tener un sano discernimiento.
Esta virtud, por más pequeña que parezca,
«contribuye poderosamente a la paz del hogar».
Karen Hutch
Fuente: Aleteia