Mons. Argüello resalta que la realidad actual, la crisis social, “supone una nueva oportunidad misionera” porque “un cristiano no nace: se hace”
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| Encuentro de obispos, vicarios y arciprestes de la Iglesia en Castilla. Dominio público |
Los sacerdotes, con una media de edad de 69 años, se concentran principalmente en la franja de 75 a 90 años, y han de hacer frente a 3761 parroquias de las cuales 3157 son rurales. El 84% de dichas parroquias está en localidades de menos de 2000 habitantes. Y esto hace que se multiplique la dedicación de los sacerdotes, que destinan más de 2 millones y medio de horas a la administración de Sacramentos, visitas a enfermos, acompañamiento espiritual, despacho parroquial.
Encuentro celebrado en Ávila
Son datos aportados por Ester Martín, Directora de la Oficina
de Transparencia de la Conferencia Episcopal Española, en el encuentro de
obispos, vicarios y arciprestes de Iglesia en Castilla que han celebrado los
días 19 y 20 de febrero en Ávila.
La jornada congregó a un centenar de personas
provenientes de las 9 diócesis que conforman
este grupo con el objetivo de ahondar en ese camino común de retos y esperanzas
que comparten todas ellas.
En esta ocasión, los trabajos se han centrado en poner en
marcha un
itinerario de tres años para replantear la renovación del estilo pastoral y
las estructuras evangelizadoras de las diócesis de Castilla, a la luz de la
reflexión sobre el contexto sociodemográfico y eclesial de la tierra. Así lo
expresaba en la apertura, el lunes por la mañana, Gabriel Ángel Rodríguez,
Vicario general de Osma-Soria y coordinador de Iglesia en Castilla.
Tras la Lectio Divina preparada por Mons. César Franco (Obispo de Segovia), y con la mirada puesta en el primer paso del itinerario, “Reconocer”, la tarde del lunes se centraba en la mesa redonda sobre “El contexto social de Castilla (cultura, dinamismos sociales e identidad) y su influjo en la tarea pastoral de la Iglesia”, informa la diócesis de Osma-Soria.
Migración y éxodo rural
Por su parte, Raúl Flores, de Cáritas, puso sobre la mesa el
contexto social en Castilla, según el informe Foessa, destacando la situación
de migración y éxodo rural, la despoblación y el envejecimiento. Una realidad
que conlleva dificultades sanitarias, aislamiento social y soledad,
económicamente menos fuerza laboral y por tanto menos dinamismo
económico.
Por último, José Luis Lastra,
Vicario de Pastoral de Burgos, concretizó cómo afecta toda esta realidad
presentada anteriormente al trabajo de las diócesis y a los propios sacerdotes.
Destacó el hecho del avance en discernimiento comunitario y en ser “Iglesia en
salida”, pero también la “impotencia y el desánimo ante la pobreza humana y
eclesial”. Constató asimismo una notable mejora en comunicación, pero a su vez
una falta de cercanía y de pastoral de Primer Anuncio. Y
una autocrítica clara: “los curas estamos muy ocupados, pero escuchamos menos”,
lo que se traduce en el hecho de que “algunos no acaban de encontrar su puesto
en una Iglesia más participativa y sinodal”, y que “los más jóvenes no saben
qué hacer en los pueblos”. Por ello, existe la conciencia de
que “algo hay que cambiar”.
La jornada del lunes concluía con el rezo de Vísperas y la
Eucaristía presidida por Mons. Rico García, obispo de Ávila, en la capilla del
Seminario, y la posterior visita nocturna a la S.A.I. Catedral del Salvador.
La última jornada de trabajo comenzaba con la intervención de cada
uno de los obispos presentes, poniendo en común el trabajo recorrido por sus
diócesis en el último curso pastoral.
Y de ahí, a escuchar la ponencia del Arzobispo de Valladolid,
Mons. Luis Argüello, en la que ha reflexionado sobre las riquezas, las
carencias y las oportunidades de las estructuras evangelizadoras y los agentes
de pastoral, a la luz de la lectura sociológica aportada en el día anterior.
Haciendo un símil con la costumbre de los primeros creyentes de encender una vela al terminar el día y dar así la bienvenida a una nueva jornada, Argüello apuntaba que la realidad actual, la crisis social, “supone una nueva oportunidad misionera”.
“El cristiano no nace: se hace”
En ese “reconocer” que propone Iglesia en Castilla para este
primer año de trabajo, Mons. Argüello confirmaba cómo “la Iglesia está llamada
a hacer siempre lo mismo: anunciar la Palabra, celebrar la Liturgia,
testimoniar la caridad. Pero estamos llamados a hacer todo esto acogiendo la
novedad del signo del tiempo. No podemos pretender que las cosas cambien si
hacemos siempre lo mismo. No digáis eso de ‘siempre se ha hecho así’.
Para tener resultados diferentes hay que hacer cosas diferentes.
Para renovar la mentalidad se necesitan discípulos misioneros renovados en
espíritu y en misión”. Es, en definitiva, lo que ha llamado “fidelidad al
mandato, pero con permanente novedad: fidelidad en el hoy del tiempo”.
El Arzobispo vallisoletano insistía en el hecho de que “un cristiano no nace: se hace”, algo que invitaba a repetir con frecuencia, “porque salimos de una larguísima época en la que éramos cristianos porque nacíamos en una familia cristiana”. Y en ese “hacer cristianos”, ha profundizado en varias propuestas de actuación en el ámbito de las comunidades parroquiales, la renovación de la parroquia como comunidad misionera, cómo mejorar la celebración del domingo en pueblos con pocos habitantes, o la integración de la parroquia en un territorio concreto, entre otras cuestiones.
Concreción de ideas
Unas propuestas, estas últimas, que han sido el objeto del
posterior trabajo en grupos para ver su aplicación en las diócesis, la urgencia
de cada una de ellas, y la concreción de las ideas.
El encuentro ha concluido con la presentación de las conclusiones
para el documento final, y la Eucaristía en la capilla del Seminario, presidida
por Mons. Mario Iceta, Arzobispo de Burgos.
Fuente: ReligiónConfidencial
