Damos lo que cultivamos
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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al
Señor. Que pases un feliz día.
Ayer tenía que cocinar carne, y la hermana
procuradora me proporcionó unas zanahorias como guarnición. Son de unos monjes
muy cercanos que comparten con nosotras los frutos de su huerto.
Cuando las vi, aluciné. Eran enormes... incluso
saqué una del supermercado para compararla. Y luego, claro, en el sabor se
notaba un montón. ¡Eran buenísimas!
Así que mientras cocinaba, le daba gracias al
Señor por la generosidad de estos hermanos. Y comprendí que cada uno de
nosotros comparte con los demás lo que cultiva. Y es que eso es el amor: dar al
otro lo que cuidas y cultivas en tu corazón.
Nosotros no podemos hacerlo crecer. Eso es lo
que obra el Señor en cada uno, pero sí podemos cultivarlo, cuidarlo, cavar
nuestra tierra para que dé más fruto...
Y claro, dependiendo de lo que dejemos que
brote en nosotros, en esa misma medida será nuestro amor. En la medida en que
dejamos que crezca el Amor del Señor en nosotros, en la medida en que le
dejamos que vaya sanando nuestra tierra, nuestro amor será más gratuito, más
auténtico, más Amor de Dios.
Porque si queremos dar frutos del Amor de Dios,
necesitamos que Su semilla sea plantada en nosotros, y de ahí brote en nuestra
vida Su Amor para los demás.
Hoy el reto del amor es pedirle al Señor que
haga brotar en ti Su Amor. "Tanto amó Dios al mundo que entregó a Su Hijo
único" (Jn 3, 16). Cristo es la semilla que Dios ha plantado en nosotros,
para que nuestra vida dé fruto abundante, el bueno, el mejor. ¿Lo acoges?
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
18 enero 2024
Fuente:
Dominicas de Lerma