![]() |
Cardenal Ambongo. Dominio público |
El cardenal Fridolin Ambongo, franciscano capuchino y arzobispo de Kinshasa, donde pastorea nada menos que 7 millones de católicos, es también el presidente de la SECAM, la plataforma de Conferencias Episcopales de toda África. Como tal ha pedido a los presidentes de cada conferencia episcopal del continente que le envíen sus aportaciones antes del 15 de enero para publicar "una declaración pastoral sobre el tema, que sirva de orientación general para todas las Iglesias locales de nuestro continente". Así, toda África quiere ofrecer una misma doctrina sobre el asunto.
En
carta del 20 de diciembre, firmada con los sellos de la SECAM, el cardenal
declara que buscarán "elaborar
una declaración sinodal única, válida para toda la Iglesia de África".
Parece
una forma sutil de decir que Fiducia Supplicans no
fue sinodal y no es válida para África.
Es
evidente que Ambongo no ve
en Fiducia una buena herramienta pastoral porque es, dice claramente, ambigua. Escribe:
"La ambigüedad de
esta declaración, que se presta a numerosas interpretaciones y
manipulaciones, suscita mucha perplejidad
entre los fieles".
También
se remite al reciente Sínodo de la Sinodalidad, citando la declaración sinodal
que pide "evitar el riesgo
de uniformidad y centralismo", "la necesidad de un órgano sinodal
y colegial a nivel continental", respetar "las realidades locales y
los procesos de inculturación".
Los obispos de Ghana y Togo prohíben las
bendiciones del mismo sexo
Sin
esperar a una respuesta a nivel continental, bastantes países africanos se
lanzaron a dar su propia respuesta.
En Ghana, donde los católicos son un 10% de
la población (3,4 millones de católicos; el resto son protestantes y un 20% de
musulmanes) la Conferencia Episcopal, en una carta firmada por el obispo de
Sunyani intenta explicar así Fiducia:
"Las
bendiciones que la Declaración dice que se podrían dar a todos se refieren a oraciones que la
gente puede pedir. Para los que están en estado de pecado, las
oraciones buscan llevarles a la conversión. Así, las oraciones para personas en
relaciones del mismo sexo no pretenden legitimar su forma de vida sino conducirles por el camino de
la conversión".
Y
añade con rotundidad la nota de Ghana: "En conclusión, deseamos reiterar
que los sacerdotes no
pueden bendecir uniones ni matrimonios del mismo sexo".
En Togo, país de casi 6
millones de habitantes donde los católicos son aproximadamente un 25%, la nota
de la Conferencia Episcopal aprovecha para recordar que "según la Biblia y
la enseñanza de la Iglesia", la homosexualidad se presenta "como una grave depravación
intrínsecamente desordenada". Citando el Catecismo (punto 2357)
recuerdan que "no puede recibir aprobación de ninguna manera".
Recuerdan que las personas en esas relaciones deben ser acogidas "con respeto, compasión y delicadeza" (citan
el Catecismo 2358).
Después,
citando el texto de Doctrina de la Fe de 2021 del cardenal Ladaria, concluyen:
"En lo que concierne a las bendiciones a parejas homosexuales, los obispos de Togo recomiendan a
los sacerdotes que se abstengan de ello".
Así, Ghana y Togo se suman a Zambia, Nigeria y Malawi, que prohíben directamente
esas bendiciones en sus países, y en parte a Kenia, que dice que hará bendiciones "en base
individual" (es decir, a individuos, no a "parejas").
Burkina, Níger y Sudáfrica piden tiempo
a los fieles
Hay
otros países que agradecerán poder ponerse bajo el paraguas de una declaración
conjunta a nivel continental como la que promueve el cardenal de Kinshasa.
Por
el momento, ante el escándalo y la confusión entre los fieles (que no saben qué
decir a sus amigos y vecinos protestantes o musulmanes, ni a ellos mismos)
algunos obispos y conferencias han publicado comunicados pidiendo "paciencia" y "esperar" a
instrucciones más detalladas (de los obispos africanos, no de Roma).
En
la archidiócesis de Abiyán, en Costa de Marfil, la primera reacción del
cardenal Jean Pierre Kutwa fue pedir "paciencia" y esperar.
La
Conferencia Episcopal conjunta de Burkina Faso y Níger, países pobrísimos en un entorno de
absoluta mayoría musulmana, escribe a sus fieles: "No queremos dejaros avergonzados,
en la incomprensión o la inquietud. Es por eso que os instamos a manteneros calmos
y firmes en la fe".
Y
añaden: "Todas las cuestiones pastorales planteadas por la implementación
del documento Fiducia Supplicans serán
profundizadas y serán
objeto de una declaración detallada por parte de los obispos de esta
conferencia. Mientras tanto, pedimos a todos los sacerdotes que continúen su
ministerio con serenidad".
Sudáfrica es un caso
especial en el continente: es casi el único que tiene algún clero
"liberal" y el país redefinió
el matrimonio en 2006 para incluir como matrimonio las uniones del mismo sexo. Los
católicos son solo unos 4 millones en un país de 62 millones de habitantes, de
mayoría protestante muy fragmentada.
En
una nota del 21 de diciembre, la Conferencia Episcopal Sudafricana critica que se hagan (en la prensa
mundana, parece) "especulaciones" en torno a Fiducia
Supplicans. Recuerdan que "el matrimonio sigue siendo
exclusivamente entre un hombre y una mujer" y pide, por ahora, tomar "con
cautela" las sugerencias de Fiducia y
esperar nuevas recomendaciones.
Para
todos los que esperan esas nuevas recomendaciones, el cardenal Ambongo promueve
una respuesta "sinodal" africana.
La alternativa es que
cada obispo decrete lo que le parezca. Así, el obispo de Matadi (1,3 millones de
católicos, sufragánea de Kinshasa) ha decretado "que el sacerdote que se
enfrente a la solicitud de bendición de una pareja del mismo sexo pida primero autorización al
obispo diocesano. Insto a los sacerdotes a no conferir espontáneamente tal
bendición para evitar, entre el pueblo de Dios, "toda forma de
confusión y escándalo".
Así,
un obispo restringe las bendiciones espontáneas como reacción a un texto de
Roma que hablaba de fomentar las bendiciones espontáneas.
Como
en la nota de Matadi, en casi todos los documentos y textos sobre Fiducia, las palabras "confusión y
escándalo" son frecuentes.
Pablo J. Ginés
Fuente: ReL