Zambullirnos en esta gloria de Jesús
Dominicas de Lerma |
Buenos días, hoy Matilde nos lleva al Señor.
Qué pases un feliz día.
Meditaba yo en estos días la precariedad de la
naturaleza humana. Quizás ésta, se manifiesta con más fuerza a la llegada de
los fríos del invierno, los días muy cortos y las noches muy largas y oscuras.
Todo invita a una sensata reflexión sobre
nuestra pobreza y cómo para acogerla necesitamos la fuerza de lo alto. Y, no
hablo de los deterioros de la salud pues éstos, requerirían mayor consideración
sobre el mismo.
Mi oración reflexiva, se fija ahora en nuestra
misma condición humana. A veces, ésta, se hace sentir como un peso sordo con el
que hay que gestionar nuestra vida y cargar con ella. Y, veía que, en este
tiempo de Adviento, todo invita a “preparar el camino del Señor”: ¡nuestro ser
entero, está gritando por un Salvador!
Esta imagen del Niño Jesús recién nacido, me
está hablando del Salvador que Dios nos ha querido enviar: “un niño envuelto en
pobres pañales y acostado en un pesebre”. ¡Nada más que esto!. Y, fuera de este
trocito de vida tan frágil, la noche oscura lo envuelve todo, alrededor de este
bebé. Dios, lo ha puesto en nuestra tierra para que desvelemos en esta poquedad
tan gran Misterio.
Mirando este Niño-Dios, nuestras “nadas” se
diluyen y parecen desaparecer. Nuestro ser hombre son sólo como “saltitos”
comparados con este “salto de gigante” que ha dado el Hijo de Dios, el Verbo
Eterno, desde su gloria en el cielo, a la tierra y haciéndose “como uno de
tantos”, “un hombre cualquiera, menos en el pecado”.
Jesús, desde su nacimiento, ha sabido bien de
las pobrezas de ser hombre. Y, aunque no experimentó en su carne el pecado, sí
que sufrió, brutalmente, sus consecuencias. “Se rebajó hasta someterse, incluso
a la muerte”. Y, ésta, es el fruto funesto del pecado.
¡Qué buen tiempo éste para sumergirnos en los
planes y la Sabiduría de Dios respecto a su Hijo Divino… ¡Jesús, está contento
de nacer así y aquí, en cada corazón!. Y, la razón poderosa es: ¡¡porque nos
ama!!. Su amor es de siempre y para siempre. ¡Juntemos nuestra pobre persona,
con este bebé que sólo quiere que lo acojamos en nuestra vida y lo cuidemos
cada día de la misma! !Abracémosle y besémosle con amor, porque Él es nuestro
Dios!...
Hoy, el reto del amor es, sentarnos en silencio
un rato y zambullirnos en esta Gloria de Jesús, oculta en este Niño tan
pequeño.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
18 diciembre 2023
Fuente: Dominicas de Lerma