"Alegres en la esperanza" es el lema que el Papa escogió para la 38ª Jornada Mundial de la Juventud que se celebra hoy domingo 26 de noviembre en las diócesis de todo el mundo
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Para conocer los detalles, conversamos con el
P. Joao Chagas, responsable de la sección Jóvenes del Dicasterio para los
Laicos, la Familia y la Vida.
“Traten de compartir cada día una palabra de
esperanza”: es el consejo que el Papa propone en su mensaje para
la 38ª Jornada Mundial de la Juventud que la Iglesia celebra en todas las
diócesis este domingo 26 de noviembre, en la Solemnidad de Cristo Rey. A partir
de esta invitación, el Padre João Chagas, responsable de la sección Jóvenes del
Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, destaca la importancia de
inundar los areópagos digitales de contenidos positivos.
El presbítero sugiere a los chicos pensar:
“¿Qué escribimos en Internet? ¿Noticias falsas, mensajes de violencia, de
odio?”. Desde el Dicasterio, con los contactos de la Pastoral Juvenil de las
Conferencias Episcopales y los movimientos eclesiales, proponen a los jóvenes
difundir testimonios personales de fe y noticias constructivas para
contrarrestar la lógica de la división que impera en la web. A su vez,
llama a encontrarse con Cristo en la oración y a adoptar elecciones en la vida,
desde las más sencillas a las más importantes, para alimentar la esperanza y
convertirse en sembradores de ella en la vida de los amigos y de todas las
personas que los rodean.
El sacerdote brasileño anima a elegir una frase
del mensaje del Santo Padre y encontrar las formas para hacerlo viral y confía
en la creatividad de los jóvenes. También los adultos se implican en esta
tarea. Por ejemplo, Chagas cuenta que un señor imprimió el texto del Pontífice
y lo distribuyó a todos sus nietos adolescentes. “Siempre podemos hacerlo, con
los modos más tradicionales y los más modernos”, acota.
Los puntos centrales de la JMJ diocesana son,
como reafirma Chagas, rezar por los jóvenes, colocarlos en el centro de la
atención pastoral, impulsar gestos concretos de cercanía hacia ellos y promover
campañas de comunicación.
A pocos días de iniciar el Adviento, tiempo de
esperanza, el encargado de la Oficina de la Juventud recuerda una meditación
del Cardenal Raniero Cantalamessa, Predicador de la Casa Pontificia, en la que
planteaba que la vida es una espera. “Quien no espera nada más está muerto”,
subraya. En este sentido, asegura que la Jornada Mundial de la Juventud de
Lisboa, que tuvo lugar del 1º al 6 de agosto pasado, fue la más esperada de
todas (los inscriptos debieron aguardar cuatro años debido a las restricciones
generadas por la pandemia del Coronavirus). Chagas se demuestra contento:
excedió las expectativas de los participantes y nunca había escuchado
resonancias tan impactantes como las que recibió después de este encuentro.
“Esta es la esperanza cristiana: hay una
espera, pero cuando se realiza el motivo de nuestra esperanza, Dios va siempre
mucho más allá de nuestras aspiraciones”.
Sebastián Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano
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