Viento inoportuno
![]() |
Dominicas de Lerma |
Los días de fiesta, en verano, comemos en la huerta,
en un merendero de piedra bajo el cobijo de un nogal.
Como el buen tiempo parecía evidente, la mesa estaba
puesta desde primera hora. Cuando llegaron las dos primeras monjas para rezar
el Rosario, empezó a soplar el viento, y todo lo que era de cartón voló por
todas partes: servilletas, platos, vasos…
Nos lo contaban divertidas, evocando la estampa de las
dos intentando coger todo al vuelo.
Cuando inesperadamente sopla en nuestras vidas el
viento, cae la lluvia, ¿qué queda? Mudanzas, cambio de estudios o trabajo, de
amistades, pérdida de un ser querido…
En muchos momentos, las inclemencias hacen que
humanamente, como las servilletas, vuelen nuestras seguridades, sentimos no
tocar el suelo y muchas veces corremos detrás de todo lo que vuela sin
conseguir alcanzarlo.
Pero, en realidad, no es que se pierda todo: tenemos
una Mesa firme que, pase lo que pase, siempre permanece. Es Cristo. Vayas donde
vayas, estés donde estés y aunque sientas volar todo a tu alrededor, Él
permanece. En Él está tu Seguridad.
Si estás en un momento de cambio o incertidumbre, deja
que Cristo sea tu Roca firme, ve a Él y pídele que llene los huecos que sientes
en tu corazón.
“Él permanece fiel”, no temas, confía y deja que tu
corazón se arraigue en Cristo. Siéntate con Él, muéstraLe tus manos vacías y
experimenta la certeza de Su presencia. Cristo va a hacer algo nuevo en ti, en
lo que estás viviendo.
”Se agosta la hierba, se marchita la flor, pero la
palabra de nuestro Dios permanece para siempre” (Is 40, 8).
Hoy el reto del Amor es que, si sopla el viento en tu
vida, mires a la Mesa firme, a Cristo. Ve a una iglesia cuando sientas no tocar
suelo, experimenta Su presencia y deja que Él te sostenga. Dale la mano y
confía.
¡Feliz día!
24 agosto 2023
Fuente: Dominicas de Lerma