Los miembros de la Comisión Justicia y Paz afirman que no están “solos en este llamamiento”, y por ello agradecen “a los muchos que han expresado su horror ante lo que está ocurriendo”.
Basílica de la Natividad en Belén. Crédito: Eduardo Berdejo (ACI) Dominio público |
De acuerdo a la agencia vaticana Fides, los líderes
católicos denunciaron en un comunicado que “escupitajos, abusos verbales, a
veces violencia física, actos de vandalismo y pintadas en las paredes son
perpetrados en su mayoría por judíos religiosos extremistas”.
Sin embargo, lamentaron que “como en el pasado, los
agentes de la ley y el orden rara vez identifican y detienen a los autores de
estos ataques y, aún más raramente, los autores tienen que rendir cuentas de
sus actos”.
Indicaron que uno de los lugares afectados ha sido el Monasterio
de Stella Maris, en lo alto del Monte Carmelo, que ha sido invadido
repetidamente en las últimas semanas por “los discípulos judíos religiosos del
rabino Eliezer Berland, nacido en Haifa (…), incluso reclamando su propiedad”.
Estos hechos han causado la preocupación de “muchos miembros de
la comunidad cristiana”, que temen que la acción de “una minoría marginal
pueda, de hecho, iniciar una tendencia de otros grupos más numerosos a hacerse
con el control total del lugar, como ya ha ocurrido anteriormente en Nablús y
Hebrón”.
En el comunicado, señalan que si bien “el Estado de Israel
declara repetidamente que garantiza a todos sus ciudadanos la libertad de
practicar la religión”, es “incomprensible que se permita que continúen tales
muestras de desprecio”.
Los miembros de la Comisión Justicia y Paz afirman que no están
“solos en este llamamiento”, y por ello agradecen “a los muchos que han
expresado su horror ante lo que está ocurriendo”.
“Apreciamos el trabajo de personas y organizaciones de todas las
comunidades y religiones que intentan combatir estas agresivas muestras de
desprecio. Muchos dicen que son los actos de una pequeña minoría marginal;
nosotros decimos que permanecer en silencio y negarse a actuar alienta a esta
minoría”, añaden.
Sin embargo, advierten, “lamentablemente, la historia nos ha
enseñado que lo que hoy parece el comportamiento indignante de una minoría
puede convertirse mañana en la práctica aceptada de una mayoría, a menos que se
denuncie inmediatamente y se detenga en su origen”.
Por Eduardo
Berdejo
Fuente: ACI
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