COMECE y el CELAM lanzan una campaña de cara a la próxima cumbre entre la UE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños
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Foto de la familia de la última cumbre
presencial. |
La cumbre entre
la UE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños que se celebrará
en Bruselas los próximos 17 y 18 de julio es «una oportunidad para promover una
alianza para la paz global, regional y localmente». Así lo creen la Iglesia, y
en concreto la Comisión de Conferencias Episcopales de la UE (COMECE), y su
presidente, el obispo italiano Mariano Crociata.
Su mensaje forma parte de una campaña de vídeos que COMECE, junto con el
Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM), lanzó este martes. De
hecho, desde este día y hasta la cumbre, se publicará un vídeo diario con
propuestas concretas de estas entidades y sus socios sobre justicia social,
ecología integral, movilidad humana y paz.
En su primer mensaje, Crociata muestra su esperanza de que los participantes en
la cumbre, el primer gran evento dentro de la presidencia española del Consejo
de ministros de la UE, «no solo se pongan de acuerdo en pasos importantes para
renovar la cooperación multilateral». Pide que, además, «apoyen iniciativas
locales que abordan las causas profundas de la violencia y el crimen
organizado». Por otro lado, propone que tengan como prioridad el promover el
encuentro y el intercambio entre las personas y el fomento del diálogo y la
cooperación intercultural e interreligiosa.
Diálogo para la cohesión social
En el mismo sentido Jaime Spengler, presidente del CELAM, afirma «el diálogo
intercultural e interreligioso puede ser un instrumento privilegiado para
promover la cohesión social y construir puentes dentro y entre nuestras
regiones». En consecuencia, exhorta a los legisladores europeos y
latinoamericanos a «contribuir a la creación de un entorno favorable para los
encuentros interreligiosos inclusivos y a defender el derecho fundamental a la
libertad religiosa». Por ejemplo, «permitiendo un acceso igualitario y no
discriminatorio de los proyectos de organizaciones religiosas a los
instrumentos de financiación de la UE».
«El patrimonio religioso de nuestros pueblos es uno de los pilares de nuestra
cultura e identidad», continúa Spengler. Por eso, confía en que renovar la
cooperación entre la UE y América Latina «nos permita fortalecer políticas
dirigidas a la promoción y protección» de dicho patrimonio.
Esta campaña es una continuación de las recomendaciones que en abril pasado
presentaron las autoridades europeas y latinoamericanas COMECE, el CELAM y
Cáritas de cara a la cumbre de la semana que viene. En ellas se pedían que los
acuerdos comerciales que se alcanzaran fueran justos y sin impactos ambientales
negativos. También que se pusieran en marcha instrumentos de diligencia debida
para que las empresas se hagan cargo de estas cuestiones en toda su cadena de
valor. Otro bloque de sugerencias planteaba medidas para luchar contra las
causas estructurales de la pobreza.
Fuente: Alfa y Omega