La repatriación de las campanas forma parte de una iniciativa más amplia, titulada “Campanas de paz para Europa”
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Una de las campanas devueltas. Crédito: Diócesis of Rottenburg-Stuttgart / Arkadius Guzy |
El pasado fin de semana, un obispo y un primer ministro alemanes
participaron en una iniciativa para llevar las campanas robadas por los nazis
durante la Segunda Guerra Mundial a sus legítimos dueños en Polonia.
Mons. Gebhard Fürst, Obispo de Rottenburg-Stuttgart, y el primer
ministro de Baden-Württemberg, Winfried Kretschmann, completaron el acto de
repatriación, que abarcó tres lugares diferentes dentro de Polonia, según
informa CNA Deutsch —agencia en alemán del Grupo ACI—.
Las campanas fueron tomadas de las comunidades de Straszewo
(anteriormente Dietrichsdorf), Frombork (Frauenburg) y Zegoty
(Siegfriedswalde), informó CNA Deutsch. Después de la guerra, llegaron a las
iglesias católicas en Württemberg, en Alemania.
El fin de semana del 24 y 25 de
junio realizaron el ansiado viaje de regreso, restaurando una parte esencial
del patrimonio católico de estas comunidades.
La repatriación de las campanas forma parte de una iniciativa
más amplia, titulada “Campanas de paz para Europa”, iniciada por Mons. Fürst.
El proyecto se inspiró en las renovaciones de la catedral de San
Martín en Rottenburg, que revelaron que una de sus campanas procedía
originalmente de lo que es la Polonia actual.
Una investigación
en profundidad de todas las iglesias católicas en Württemberg descubrió 66
campanas adicionales de la misma época, con 54 de ellas todavía activas, según
señala la diócesis.
En un oficio que marcó el regreso de las campanas, el Obispo de
la diócesis polaca de Elbląg, Mons. Jacek Jezierski, reflexionó sobre su
significado: “Las campanas dieron testimonio de una historia difícil, pero
también de paz y esperanza".
El prelado polaco también expresó su agradecimiento a su par
alemán por iniciar este proyecto. En respuesta, Mons. Fürst señaló: “La campana
ha experimentado y ayudado a dar forma a la historia compartida de ambas
naciones”.
Las campanas, que alguna vez fueron símbolo de despojo y conflicto, ahora son
símbolo de unidad y reconciliación entre Alemania y Polonia, afirmaron ambas
partes.
Entre las campanas devueltas a través del proyecto “Campanas de
paz para Europa” se encontraba una que Mons. Fürst bendijo personalmente en
Żegoty siguiendo una devoción tradicional al Sagrado Corazón. Esta campana
había sido destinada por los nazis a la industria armamentística durante la
Segunda Guerra Mundial, pero gracias a Dios se conservó.
Durante la Segunda Guerra Mundial, se incautaron aproximadamente
100.000 campanas de comunidades en los antiguos territorios del este de
Alemania y países ocupados con la intención de reutilizarlas en la industria
armamentística.
Después de la guerra, las 16.000 campanas restantes fueron
restauradas en su mayoría a sus ubicaciones originales. Sin embargo,
aproximadamente 1.300 llegaron al "Cementerio de Campanas" en
Hamburgo, desde donde luego se distribuyeron a las comunidades eclesiásticas de
Alemania Occidental, desde la década de 1950 en adelante.
Durante el curso de su viaje, Mons. Fürst también visitó un
albergue para refugiados en la región, donde la delegación se familiarizó con
el trabajo local de Cáritas.
La Iglesia en Polonia ha estado a la vanguardia en la prestación
de asistencia a las personas que huyen del conflicto en curso en Ucrania.
Después de haber hablado con los refugiados y compartido sus
historias, el obispo alemán manifestó que el sufrimiento que trae consigo esta
guerra es terrible.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa, publicado originalmente en CNA.
Por Anian Christoph Wimmer
Fuente: ACI Prensa