El objetivo es apoyar la fraternidad como valor clave de la vida social
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El secretario general de la Fundación Fratelli
tutti ilustra los preparativos del Encuentro Mundial sobre la Fraternidad
Humana que se celebrará el 10 de junio en la Plaza de San Pedro, presentado
ayer por la mañana en la Oficina de Prensa del Vaticano, en el que participarán
33 Premios Nobel junto al Papa: "La jornada es fruto de mucha colaboración
gratuita y culminará con una declaración común".
El objetivo es apoyar la fraternidad como valor
clave de la vida social. Uno de los instrumentos que la Fundación Fratelli
tutti ha identificado es la jornada prevista para el 10 de junio en la Plaza de
San Pedro titulada #NotAlone, presentada ayer por la mañana, 5 de junio, en la
Oficina de Prensa del Vaticano. "Queremos lanzar este llamamiento al
mundo", afirma el secretario general de la Fundación, el padre Francesco
Occhetta, subrayando que nadie esperaba que los 33 premios Nobel se unieran al
Papa Francisco. También habrá artistas, testigos y representantes de diversas
categorías sociales para reiterar la necesidad de esta exhortación. Y lo harán
en el contexto de un debate que comenzará por la mañana y que reunirá al mundo
de los jóvenes, de las asociaciones y del tercer sector: "Interactuarán
entre ellos para comprender qué tipo de mundo queremos basar en la fraternidad",
añade el jesuita, ilustrando el método desarrollado en los últimos meses por la
realidad vaticana dirigida por el cardenal Mauro Gambetti, arcipreste de la
basílica de San Pedro, como presidente.
Escuchar las distintas realidades
Están en juego dimensiones concretas del estar
juntos que quizá podrían traducirse también en propuestas de reforma
legislativa u otras ideas prácticas para el futuro. Lo más importante es el
intento de escuchar las distintas realidades -empezando por los jóvenes que
fueron los primeros en expresar la necesidad- sobre los temas más urgentes de
nuestro tiempo, como sucedió en los trayectos jubilares-sinodales organizados
en el pasado. "La encíclica Fratelli tutti se dirige a las personas de
buena voluntad que también van más allá de la Iglesia", observa el padre
Occhetta. El mensaje es, ante todo, que la fraternidad "significa renacer
al lado del otro": un valor que no sólo es necesario hoy, sino que incluso
es conveniente y, por tanto, vale la pena volver a poner en el centro del
espacio público. "Sabemos muy bien que la alternativa es el conflicto y la
guerra", subraya el clérigo, que reitera: "La fraternidad es una
opción espiritual dentro de la Iglesia. La justicia en la Biblia significa
recomponer todo lo que está fracturado en las relaciones humanas, políticas y
sociales para buscar una nueva armonía".
Un nuevo paradigma humano y social
El camino es exigente, pues son muchos los
ámbitos que hay que armonizar: la paz, el perdón, el trabajo, por citar sólo
algunos. Sin embargo, la Iglesia ofrece su testimonio para reafirmar que es
posible alimentar la esperanza de un nuevo paradigma humano y social esperando
volver a trazar lo que ha sucedido en el frente de la defensa del medio
ambiente, donde hay una continua expansión de la conciencia para actuar.
"Creemos -explica Occhetta- que gradualmente, poco a poco, introducir el
tema de la fraternidad significa influir y cambiar mentalidades". La
intención es llegar a parroquias, comunidades, grupos y familias aprovechando
una cita como la del 10 de junio, que pretende ser popular e inmersiva.
"Un gran evento -subraya- que organizamos con pocos medios y mucha
colaboración y gratuidad gracias a la fuerza del tema". Como en el caso
del Sínodo y del Jubileo, el centro del proceso es ahora la basílica vaticana y
la plaza de San Pedro. Un lugar que se abrirá cada vez más al mundo para
transformarlo -concluye el jesuita- "en mismo espacio sagrado donde las
personas se encuentran y dialogan en profundidad, continuando la construcción
de una memoria viva que es la de Pedro y sus sucesores".
Eugenio Bonanata - Ciudad del Vaticano
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