Se trata de ensayos, cartas y discursos escogidos por él para ser publicados tras su muerte y que han recogido su biógrafo, Elio Guerriero, y su secretario personal, Georg Gänswein
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Benedicto XVI. Dominio público |
Transmitir la verdad de la fe
cristiana
Fruto
de su reflexión teológica y moral, el sumo pontífice abordó en sus textos la
importancia de defender y transmitir la verdad de
la fe cristiana, la reflexión sobre el relativismo
contemporáneo, los fines del diálogo interreligioso, los casos de abusos
sexuales en la Iglesia o el significado para nuestro tiempo del sufrimiento y
la muerte de Jesucristo.
Juntos,
estos escritos constituyen el último legado espiritual de Benedicto XVI,
un testimonio
y una advertencia contra el dominio de la razón positivista al
servicio de la técnica o la economía, que prospera de espaldas a Dios y que
reduce la existencia del ser humano. "Una sociedad que trata a Dios como
si no existiera pierde su libertad y su criterio para distinguir el bien del
mal", se lee en Qué
es el cristianismo. "En un mundo profundamente
cambiado, la tarea de comunicar el Evangelio de Jesucristo a los demás sigue
siendo razonable".
Unas últimas palabras de Benedicto
XVI
El
1 de mayo de 2022, fiesta de san José, Benedicto XVI explicaba el motivo de
este libro: "Cuando anuncié mi renuncia al ministerio de sucesor de Pedro
el 11 de febrero de 2013, no tenía planes acerca de lo que haría en mi nueva
situación. Estaba demasiado exhausto para planificar nuevos trabajos. Además,
la publicación de La infancia de Jesús parecía una conclusión lógica a mis
escritos teológicos. Tras la elección del papa Francisco, reanudé lentamente mi
trabajo teológico. Así, a lo largo de los años, fueron tomando forma una serie de
pequeñas y medianas contribuciones, que se presentan ahora en este
volumen".
En
primer lugar, y en palabras Ratzinger, se incluye la lección que
pronunció el día de la inauguración del Aula Magna de la Pontificia
Universidad Urbaniana el 21 de octubre de 2014. "Se presenta aquí sin
cambios. A continuación, añado un texto para aclarar el concepto de
religiones con las que la fe cristiana quiere entrar en diálogo",
explica.
Diálogo cristianoislámico
El
segundo capítulo aborda el tema de la naturaleza y el devenir del monoteísmo.
Le sigue un breve texto sobre el método del diálogo cristianoislámico y un
agradecimiento por la concesión del doctorado honoris causa por parte de la
Universidad Pontificia de Cracovia. A estos dos breves textos se añade el
prefacio que escribió para la edición en ruso de su Opera Omnia,
volumen XI, Teología de la liturgia.
En
el tercer capítulo vuelve a presentar el texto que escribí sobre
las relaciones judeo-cristianas y también el intercambio de correspondencia con
el rabino Arie Folger que mantuvo entre agosto y
septiembre de 2018. "Las acusaciones sobre supuestas posturas antijudías
presentes en mi pensamiento ya las he rechazado con firmeza. Por el lado judío,
mis intentos han sido juzgados de forma totalmente positiva. Confío, por lo
tanto, en que puedan seguir contribuyendo a un buen diálogo", expresa
Benedicto XVI.
Jesucristo tuvo que morir
El
cuarto capítulo comienza con una entrevista que le había propuesto el
padre Daniele Libanori. En ella se trata del tema según el cual Jesucristo tuvo
que morir para restablecer el orden del ser alterado por el pecado. La
respuesta clásica elaborada por Anselmo de Canterbury nos resulta casi
incomprensible hoy en día. "En la entrevista, traté de mostrar cómo
podemos entender razonablemente la razón del sufrimiento y de la muerte de
Jesucristo en la actualidad", señala.
La
figura de San José
Joseph
Ratzinger (1927-2022) fue el 265º papa de la Iglesia católica. Elegido sumo
pontífice en 2005, en 2013 renunció al papado, asumiendo el título de papa
emérito. En el prefacio de este libro, posiblemente las últimas palabras que
escribió unos meses antes de su muerte –el último día de 2022–, afirma:
"Cuanto más viejo me vuelvo, más clara me resulta la figura de mi santo
patrón San José. De él no se nos ha transmitido palabra alguna, sino su
capacidad de escuchar y actuar. Cada vez comprendo mejor que es su propio
silencio el que nos habla y, más allá del conocimiento científico, quiere
guiarme hacia la sabiduría".
Fuente: ReligiónConfidencial