Una manera distinta de celebrar la noche de fin de año propuesta por el Directorio vaticano sobre la Piedad Popular y la Liturgia
Pascal Deloche | Godong |
Mucha gente celebra la Nochevieja con fiestas y otros eventos
sociales, reuniéndose con amigos y familiares para celebrar el comienzo del año
nuevo.
No tiene nada de malo, pero una forma alternativa de terminar el
año es hacerlo en adoración eucarística o yendo a misa.
El Directorio sobre la Piedad Popular y la
Liturgia del Vaticano sugiere estas dos tradiciones como
posibilidades a la hora de recibir el Año Nuevo.
En algunos
lugares, sobre todo en comunidades monásticas y en asociaciones laicales
marcadamente eucarísticas, la noche del 31 de diciembre tiene lugar una vigilia
de oración que se suele concluir con la celebración de la Eucaristía.
Se debe
alentar esta vigilia, y su celebración tiene que estar en armonía con los
contenidos litúrgicos de la Octava de Navidad, vivida no sólo
como una reacción justificada ante la despreocupación y disipación con la que
la sociedad vive el paso de una año a otro, sino como ofrenda vigilante al Señor, de las
primicias del nuevo año.
¿Una nueva tradición?
La mayoría de las parroquias no están familiarizadas con tal
celebración. Pero si suficientes feligreses están interesados en ofrecer a Dios el Año Nuevo de esta manera, es posible que una nueva
tradición pueda comenzar en la comunidad.
Alternativamente, si un pastor no está interesado en quedarse
despierto hasta tarde para ofrecer misa a la medianoche, algunos lugares
ofrecen adoración
eucarística perpetua y podrías terminar tu año con una
hora santa ante Jesús.
La visita al Santísimo Sacramento es una «prueba de gratitud, un signo de amor y un
deber de adoración hacia Cristo, nuestro Señor» , dice el Catecismo de la Iglesia
Católica.
Hagas lo que hagas, considera terminar tu año en oración,
ofreciéndole todo a Dios.
Philip
Kosloski
Fuente:
Aleteia