Manu Torralba nos acerca la historia de un sursudanés que fue torturado de niño durante la guerra civil de su región y, posteriormente, ayudado por los misioneros combonianos
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Dominio público |
Se
llama Emmanuel Tabán y nació en 1977 en lo que por aquel entonces era el sur de
Sudán, una región en guerra por su independencia. La guerra acababa de llegar a
las puertas de Yuba,
capital de Sudán del Sur a día de hoy. El joven Emmanuel, fue
apresado por encontrarse en el lugar equivocado en el momento erróneo.
Sus
torturadores consiguieron que Emmanuel renegase del catolicismo y se
convirtiese al islam. Lo enviaron a una escuela coránica al noreste del país y
allí pasó otros seis meses.
Pero Emmanuel encontró la manera de escapar.
Un día a las 4 de la tarde, cogió algo de agua y pan, y echó a correr. Sin
mirar atrás. Cuenta que cuando tienes la adrenalina tan alta, tu cuerpo no se
cansa... y por eso pudo correr durante toda la noche sin descanso hasta llegar
a la frontera con Etria.
Emmanuel
siempre tuvo claro que quería tener unos estudios, así que esa alternativa no
le convenció, por lo que pasó un año y medio viviendo en la calle y recibiendo la única ayuda de Cáritas.
Ahí pudo comprar un pasaporte falso para llegar hasta Kenia, donde vivía su
tío. Sin embargo, él tampoco podía hacerse cargo de su situación, por lo que
una vez más le recomendó ir al campo de refugiados.
Emmanuel
continuó su odisea por África. Llegó en autobús a Tanzania y, de ahí, a
Mozambique, donde se encontró a los misioneros combonianos, sus grandes
salvadores en esta historia. Él ya los conocía de su estancia en Kenia. En esta
ocasión, lo ayudaron a continuar hasta Sudáfrica, donde tenían otra comunidad.
Esa
noche conoció al hermano Peter, su gran amigo, que le preparó la cena más
deliciosa que jamás había probado. Él fue el artífice de que, después de tanta
insistencia, Emmanuel
pudiese volver a la escuela. No fue nada fácil convencer a las
universidades locales para que aceptasen a un joven refugiado sursudanés, pero
después de un año consiguió cumplir su sueño: matricularse en la facultad de
medicina.
No
quedó ahí su historia de superación, Irene. Emmanuel se especializó en
neumología y continuó sus estudios en Europa y Estados Unidos. El doctor
Emmanuel Tabán fue elegido uno de los 100 hombres más influyentes por la
revista New African por su descubrimiento, una técnica que ahora se utiliza en
todo el mundo gracias a él.
Fuente: ECCLESIA/COPE