El Santo Padre presidió un encuentro con los miembros de Comunión y Liberación que efectuaron una peregrinación a la casa de Pedro para conmemorar el centenario del nacimiento del fundador de la institución, Don Luigi Giussani
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El Pontífice destacó tres aspectos de Giussani:
su carisma, su vocación de educador y su amor a la Iglesia, y les dirigió una
serie de llamamientos para seguir adelante en su misión.
Han
venido de distintas partes de Italia y de varios países (más de 60). El
movimiento no ha perdido su capacidad de convocatoria y movilización. Lo
resaltó el Papa Francisco en su discurso a los 60.000 miembros de “Comunión y
Liberación” (CL), congregados en la Plaza de San Pedro en una soleada mañana de
este sábado 15 de octubre.
Con
un agradecimiento por el hecho de que hayan querido manifestar su comunión con
la Sede Apostólica y su afecto por el Papa, Francisco también exteriorizó su
gratitud al Presidente de la Fraternidad, el profesor Davide Prosperi, así como
a Hassina y Rose, que compartieron sus experiencias. Luego, saludó al Cardenal
Kevin Farrell, Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.
Bergoglio
recordó el motivo del evento multitudinario: celebrar el centenario del
nacimiento de Don Luigi Giussani, fundador de CL. “Lo hacemos con gratitud en
nuestros corazones”, dice, y expresa su gratitud personal por el bien que le ha
hecho, como sacerdote, la meditación de alguno de los libros. Aclara que
también lo hace como Pastor universal por todo lo que fue capaz de sembrar e
irradiar por doquier para bien de la Iglesia. “¿Y cómo no van a recordarle con
sincera gratitud los que fueron sus amigos, hijos y discípulos?”, lanzó esta
pregunta.
Padre y maestro
El
Santo Padre recordó que Giussani, gracias a la apasionada paternidad sacerdotal
en la comunicación de Cristo, "crecieron en la fe como un don que da
sentido, amplitud humana y esperanza a la vida".
Don
Giussani fue padre y maestro, que estuvo al servicio de todas las angustias y
situaciones humanas que encontró en su pasión educativa y
misionera. "La Iglesia, dijo el Papa, reconoce su genio pedagógico y
teológico, desplegado desde un carisma que le fue dado por el Espíritu Santo
para el "bien común". No es la mera nostalgia la que nos lleva a
celebrar este centenario, sino el recuerdo agradecido de su presencia: no sólo
en nuestras biografías y corazones, sino en la comunión de los santos, desde
donde intercede por todos los suyos".
La crisis nos hace crecer
El
Pontífice transmitió su empatía al decir que sabe que "no son para nada
fáciles los períodos de transición, cuando el padre fundador no está más
físicamente presente. Lo han experimentado tantas fundaciones católicas en el
curso de la historia".
"Hay
que agradecer al padre Julián Carrón su servicio en la dirección del movimiento
durante este periodo y por mantener firme el timón de la comunión con el
pontificado. Sin embargo, ha habido graves problemas, divisiones, y ciertamente
también un empobrecimiento ante un movimiento eclesial tan importante como
Comunión y Liberación, del que la Iglesia, y yo mismo, esperamos más, mucho
más".
"Los
tiempos de crisis son tiempos de recapitulación de vuestra extraordinaria
historia de caridad, cultura y misión", sostuvo el Papa. "Son tiempos
de discernimiento crítico de lo que ha limitado el potencial fecundo del
carisma de don Giussani; son tiempos de renovación y relanzamiento misionero a
la luz del momento eclesial actual, así como de las necesidades, sufrimientos y
esperanzas de la humanidad contemporánea. La crisis nos hace crecer. No debe
reducirse al conflicto, que aniquila".
"Seguramente
don Giussani está rezando por la unidad en todas las articulaciones de vuestro
movimiento. Ustedes saben bien que la unidad no quiere decir uniformidad. No
tengan miedo de las distintas sensibilidades y del intercambio en el camino del
movimiento. No puede ser de otro modo en un movimiento en el que todos los
adherentes están llamados a vivir personalmente y compartir corresponsablemente
el carisma que han recibido", aseveró Francisco.
"Esto
sí es importante: que la unidad es más fuerte que las fuerzas de dispersión o
el arrastre de viejas oposiciones. Unidad con los que dirigen el movimiento,
unidad con los Pastores, unidad en el seguimiento atento de las indicaciones
del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, y unidad con el Papa, que
es el servidor de la comunión en la verdad y la caridad. No pierdan su tiempo
precioso en habladurías, desconfianzas y oposiciones".
Don Giussani: Hombre carismático, educador y amante de
la Iglesia
El
Obispo de Roma dedicó un amplio espacio de su alocución a efectuar una
semblanza de Don Giussani y desglosó tres aspectos: su carisma, su misión de
educador y su amor por la Iglesia.
En
relación con el carisma de Don Giussani, Francisco consideró que "era
capaz de atraer a miles de jóvenes y tocar sus corazones". Citando al
entonces cardenal Ratzinger en el funeral de Giussani, enfatizó que
"Giusanni mantuvo siempre la mirada de su vida y de su corazón fijada en
Cristo. Comprendió así que el cristianismo no es un sistema intelectual, un
paquete de dogmas, un moralismo, sino que el cristianismo es un encuentro; es
una historia de amor; es un acontecimiento". Aquí está la raíz de su
carisma. Don Giussani atraía, convencía y convertía los corazones porque transmitía
a los demás lo que llevaba dentro tras su experiencia fundamental: la pasión
por el hombre y la pasión por Cristo como realización del hombre. "Muchos
jóvenes, insiste el Papa, le siguieron porque los jóvenes tienen un gran
talento. Lo que decía provenía de su experiencia y de su corazón, por lo que
inspiraba confianza, simpatía e interés".
"Aprecien
el precioso don de vuestro carisma y de la Fraternidad que lo custodia",
fue el llamamiento pontificio, "porque todavía puede hacer
"florecer" muchas vidas, como nos han testimoniado Hassina y Rose. El
potencial de vuestro carisma está aún muy por descubrir". Francisco los
invitó a evitar cualquier repliegue sobre sí mismos y a encontrar los caminos y
lenguajes adecuados para que el carisma que Giussani les dio llegue a nuevas
personas y nuevos ambientes.
Alimenten en ustedes la pasión educativa de Don
Giussani
Sobre
el Don Giussani educador, el Sucesor de Pedro recordó que Luigi tenía una
capacidad única para desencadenar una búsqueda sincera del sentido de la vida
en el corazón de los jóvenes para despertar su deseo de verdad. "Como
verdadero apóstol, al ver que esta sed se encendía en los jóvenes, no tuvo
miedo de presentarles la fe cristiana. Pero sin imponer nunca nada. Su enfoque
generó muchas personalidades libres, que se adhirieron al cristianismo con
convicción y pasión; no por costumbre, ni por conformismo, sino de forma
personal y creativa".
"Don
Giussani tenía una gran sensibilidad para respetar el carácter de cada persona,
su historia, su temperamento, sus dones. No quería que todos fueran iguales, ni
que todos le imitaran. Y, de hecho, esos jóvenes, al crecer, se convirtieron,
cada uno según su inclinación, en presencias significativas en distintos
ámbitos, en el periodismo, en la escuela, en la economía, en las obras de
caridad y de promoción social".
Francisco
exhortó a los adherentes a CL a alimentar en ellos su pasión educativa, su
amor por los jóvenes, su amor por la libertad y la responsabilidad personal de
cada uno por su propio destino, su respeto por la irrepetible singularidad de
cada hombre y mujer.
Don Giussani, un hijo de la Iglesia
Hacia
el final de la semblanza de Don Giussani, el Papa afirmó que "Don Giussani
era un sacerdote que amaba mucho a la Iglesia. Incluso en tiempos de
desconcierto y fuerte contestación de las instituciones, mantuvo siempre con
firmeza su fidelidad a la Iglesia, por la que sentía un gran afecto, casi una
ternura, y al mismo tiempo una gran reverencia, porque creía que era la
continuación de Cristo en la historia. Dijo: 'Has encontrado esta compañía: así
es como el misterio de Jesús [...] ha llamado a tu puerta'. Utilizó esta
hermosa expresión: la "compañía". Los grupos del movimiento eran para
él una "compañía" de personas que habían encontrado a Cristo. Y, en
última instancia, la Iglesia misma es la "compañía" de los bautizados
que mantiene todo unido, de la que todo toma vida, y que nos mantiene en el
buen camino".
El
Pontífice les pidió una ayuda concreta: que los miembros de CL lo acompañen en
la profecía por la paz - "¡Cristo, Señor de la Paz! El mundo cada vez más
violento y bélico me asusta, en la profecía que señala la presencia de Dios en
los pobres, en los abandonados y vulnerables, condenados o desechados en la
construcción social; en la profecía que proclama la presencia de Dios en cada
nación y cultura, respondiendo a las aspiraciones de amor y verdad, de justicia
y felicidad que pertenecen al corazón humano y que laten en la vida de los
pueblos. Que esta santa inquietud profética y misionera arda en vuestros
corazones".
"Amen
siempre a la Iglesia. Amen y preserven la unidad de su 'empresa'. No dejen que
su fraternidad sea herida por divisiones y oposiciones, que hacen el juego
al maligno. Es su oficio: dividir siempre. Incluso los momentos difíciles
pueden ser momentos de gracia y de renacimiento".
"Comunión
y Liberación, dijo Francisco, nació precisamente en un momento de crisis como
el del 68. Y después don Giussani no se asustó ante los momentos de transición
y crecimiento de la Fraternidad, sino que los afrontó con valor evangélico,
confianza en Cristo y comunión con la Madre Iglesia".
Y
concluyó el Santo Padre:
"Agradezcamos
juntos al Señor el don de don Giussani. Invocamos al Espíritu Santo y la
intercesión de la Virgen María, para que todos ustedes puedan continuar, unidos
y alegres, por el camino que él les mostró con libertad, creatividad y
valentía. De corazón los bendigo y, por favor, no se olviden de rezar por
mí".
El encuentro con el Papa: El corolario de un programa
rico de actividades
A
las 8 de la mañana se abrió la Plaza de San Pedro a los fieles y peregrinos de
Comunión y Liberación, que inundaron el Vaticano con banderas y sonrisas. El
acto previo al encuentro con el Pontífice articuló oraciones, lectura de
pasajes del Evangelio y proyección de intervenciones en audio y video de Don
Giussani en las pantallas gigantes de la Plaza. También hubo cantos
interpretados por el coro de CL y sus participantes.
El Papa fue recibido por Davide Prosperi, presidente
de la Fraternidad de CL. Luego, todos escucharon con atención los testimonios
de Rose Busingye, de África, fundadora y guía de la organización benéfica
Meeting Point International en Kampala, Uganda, y de Hassina Houari, exalumna
del centro de ayuda al estudio de Portofranco, en Italia. Dos voces de una
vasta familia que ahora regresa a sus respectivas comunidades, enriquecida por
el encuentro con el Obispo de Roma y desafiada por sus palabras.
Sebastián
Sansón Ferrari, Ciudad del Vaticano
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