FERNANDO SANCHA, DE TÉCNICO AUDIOVISUAL A SACERDOTE

“Si no hay hijos en las familias cristianas, no hay sacerdotes”

Fernando Sancha en su ordenación sacerdotal
en el seminario de Logroño. 
Foto: EFE. Dominio público
Fernando Sancha, a sus 50 años, ha sido el primer sacerdote ordenado en la Rioja desde 2018

«Dios es como el GPS que recalcula tu ruta y te lleva por otro camino». Así ha definido Fernando Sancha a Dios después de una experiencia vital. Sancha ha ejercido durante dos décadas como técnico audiovisual y directivo en varias televisiones, y el pasado sábado 1 de octubre fue ordenado sacerdote.

Fernando Sancha ha oficiado su primera eucaristía este domingo en la parroquia de los Santos Mártires de Calahorra, después de cuatro años sin ordenaciones sacerdotales en la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño.

Recién cumplidos los 50 años, el pasado 23 de septiembre, ha reconocido a Efe que «la vocación siempre ha estado ahí» a lo largo de toda su vida, porque su familia ha vivido el cristianismo con intensidad. Además, colaboraba como monaguillo con su tío abuelo sacerdote diocesano.

Sus padres eran de Logroño, pero se trasladaron a vivir a Pamplona y allí tuvieron a sus ocho hijos, los más pequeños Fernando y un hermano mellizo. La muerte prematura de su padre por un infarto, con apenas 49 años, marcó su infancia, ya que él solo tenía 7 años.

Sancha es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra en 1994. En la década de los noventa trabajó en la televisión local de Logroño TVR Canal 52, en el centro territorial de TVE La Rioja y después en Rioja 4 TV.

Su experiencia vital

En esta cadena desempeñó los puestos de director técnico y realizador jefe, por lo que se encargó de arrancar las emisoras de Navarra y Tenerife, isla en la que se quedó a vivir durante ocho años. Durante este tiempo, mantuvo una relación sentimental con una joven que, cuando finalizó, llevó a Sancha a replantearse toda su vida.

«Llega un momento en el que te paras y te planteas si estás siendo feliz o si sigues el guion de otro. Ese fue un momento de reflexión y el Señor aprovechó para decirme que llevaba mucho tiempo esperándome», ha explicado.

Por esto, Sancha compara su «camino vocacional» al funcionamiento de un GPS porque «Dios tiene un destino para ti, pero, con la libertad personal, eliges una carretera equivocada a lo largo de la vida y Dios se encarga de recalcular la ruta».

En lugar de reconocer que tiene vocación tardía, sostiene que su respuesta llegó «en el momento que Dios quiso». Ha defendido que su experiencia vital, haber sido cocinero antes que fraile, haber desempeñado varios puestos laborales y haber tenido novia le permitirá ejercer mejor su ministerio. De esta manera, podrá entender mejor a los fieles en sus circunstancias de la vida diaria de los cristianos.

Por otro lado, Sancha ha reconocido que los casos de pederastia en el seno de la Iglesia católica son «una realidad dolorosa y denunciable», pero es «injusto» fijarse solo en los curas pederastas. La mayoría de los casos de abusos a menores ocurren en las propias familias. Ha subrayado que no se puede hacer de este tema un caso general.

En cuanto a la falta de vocaciones, ha puntualizado que «las vocaciones no vienen de Marte: si no hay hijos en las familias cristianas, no hay sacerdotes». Aun así, ha defendido que es mejor que haya «pocos y santos».

Fuente: El Debate