No nos acostumbremos a la guerra, elijamos el diálogo, el único camino hacia la paz
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El Papa pide nuevamente que "no nos acostumbremos a la guerra, no nos resignemos a su inevitabilidad". (Vatican Media) |
El último
pensamiento que el Papa deja a los fieles que participaron en la celebración
eucarística en el gran espacio del recinto de la EXPO es, una vez más, para
todo el mundo sacudido por la guerra en Ucrania y los recientes enfrentamientos
en el Cáucaso
Es un saludo cálido y, sobre todo, una sentida acción
de gracias la de Francisco al final de la misa ante un público tan vasto como
los de la tierra de Asia Central, de la que tantos han venido a escuchar las
palabras del Sucesor de Pedro. Está el carácter del pueblo kazajo, está la
cuestión de la paz, está la cuestión de la carrera armamentística y está el
diálogo, el único camino hacia la paz.
Hermanos y hermanas, autoridades civiles y religiosas
del país, y a los ancianos, los enfermos, los niños pequeños: En la fiesta de
la Exaltación de la Santa Cruz, el Papa convoca a todos, como Pueblo Santo de
Dios, y subraya una vez más el compromiso de Kazajstán de "promover el
diálogo", un compromiso que -dice- "se transforma en súplica de paz,
paz de la que nuestro mundo está sediento".
No nos acostumbremos a la guerra
A partir de aquí, la mirada se amplía a "tantos
lugares estropeados por la guerra". Nunca mencionada hasta ahora pero
siempre presente en el corazón del Pontífice es la "querida Ucrania”. El
Papa habla al mundo y a las conciencias instándoles a buscar verdaderamente la
paz, a no ceder al mal ni acostumbrarse a él:
"No nos acostumbremos a la guerra, no nos
resignemos a su inevitabilidad. Acudamos en ayuda de los que sufren, e
insistemos en que intentemos realmente alcanzar la paz".
Entonces la pregunta que apela a las conciencias de
todos.
"¿Qué debe suceder aún, qué cantidad de muertos
debemos esperar antes de que las rivalidades cedan el paso al diálogo por el
bien de la gente, de los pueblos y de la humanidad? La única salida es la paz y
el único camino para llegar a ella es el diálogo".
Además de Ucrania, a la preocupación del Papa se suma
en estas horas lo que ocurre en el Cáucaso entre Azerbaiyán y Armenia en
relación con la disputada región de Nagorno-Karabaj, autoproclamada
independiente en 1991 tras un conflicto entre ambos países. Hasta la fecha,
casi un centenar de soldados han muerto entre Bakú y Ereván en los
enfrentamientos fronterizos que comenzaron ayer por la mañana y que se han
congelado, al menos en parte, en un alto el fuego acordado bajo una fuerte
presión de la comunidad internacional
El Papa también está informado y sigue la aparición de
estas nuevas tensiones: de ahí su llamamiento
"Me he enterado con preocupación de que en estas
horas han surgido nuevos focos de tensión en la región del
Cáucaso. Sigamos rezando para que el mundo aprenda a construir la paz, también
reduciendo la carrera armamentística y convirtiendo los enormes gastos de
guerra en ayudas concretas a la población".
Francisco concluyó su saludo nuevamente con una
muestra de gratitud: "Gracias a todos los que creen en esto, gracias a
ustedes y a cuantos son mensajeros de la paz y la unidad".
Gabriella Ceraso - Ciudad del Vaticano
Vatican News