Si por alguna razón se le ofrece la hostia no consagrada a un niño, es importante que entienda que ese pan no es el Cuerpo de Cristo
![]() |
Shutterstock |
Recuerdo que, en mi infancia, era común que los niños que aún no
habían hecho la Primera Comunión recibieran la hostia al final de la Misa.
Todos sabían que después de la bendición final, podían hacer fila
para recibir los panes sin levadura.
Era, en cierto modo, una forma de saciar la curiosidad de los más
pequeños respecto a la hostia, su sabor, su textura.
El gesto, aunque menos frecuente hoy en día, se adopta en casos
específicos. Suele hacerse para trabajar la catequesis y despertar un interés
real por el misterio de la Eucaristía.
En el ensayo de la Primera Comunión, por ejemplo, los
niños suelen recibir la hostia no consagrada.
En lugar de la hostia, al final de la Misa, muchas parroquias
comparten con los niños algunos pedazos del pan bendito que se presentó en el
ofertorio.
Pero, ¿pueden los niños recibir hostias no consagradas en algunas
situaciones?
Hostias no consagradas para niños
Un artículo del
portal A12 abordó el tema. E indica que hay que tener cuidado,
para que el gesto no incurra en ningún tipo de profanación.
“Si una persona tiene la intención de profanar el significado del
sacramento o de confundir a la gente, es bastante claro que está haciendo algo
malo”, dice el artículo.
Por eso, es necesario dejar claro a los niños que lo
que están recibiendo no es la Eucaristía. El autor afirma:
“Entonces, si
por alguna razón se le da a un niño una hostia no consagrada, lo importante
es que tenga discernimiento para saber que ese pan, aunque conserve su
apariencia, olor y sabor, no es el Cuerpo de Cristo”.
Lo que dice el Magisterio de la
Iglesia
El Código de Derecho Canónico establece:
“Para que la
santísima Eucaristía se administre a los niños, es necesario que tengan
suficiente conocimiento y cuidadosa preparación, para que puedan comprender,
según su capacidad, el misterio de Cristo y recibir con fe el cuerpo del Señor.
y devoción”.
(913)
También vale la pena mencionar lo que dice la Instrucción Redemptionis Sacramentum sobre
las cosas que se deben observar acerca de la Eucaristía:
“Se reprueba
la costumbre, que es contraria a las prescripciones de los libros litúrgicos,
de que sean distribuidas a manera de Comunión, durante la Misa o antes de ella,
ya sean hostias no consagradas ya sean otros comestibles o no comestibles.
Puesto que
estas costumbres de ningún modo concuerdan con la tradición del Rito romano y
llevan consigo el peligro de inducir a confusión a los fieles,
respecto a la doctrina eucarística de la Iglesia.
Donde en
algunos lugares exista, por concesión, la costumbre particular de bendecir y
distribuir pan, después de la Misa, téngase gran cuidado de que se dé una
adecuada catequesis
sobre este acto.
No se introduzcan otras costumbres similares, ni sean utilizadas para esto, nunca, hostias no consagradas”.
Ricardo Sanches
Fuente: Aleteia