¿Aceptas el regalo?
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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Para cantar a
coro e ir todas al unísono, tenemos nuestro breviario con unas marcas, que
indican dónde se hacen las declinaciones… pero las últimas semanas me
sorprendieron teniendo que entonar y sin el breviario marcado.
Al principio,
simplemente se lo cambiaba a Lety, que es la que se sienta a mi lado, y ya por
la tarde me ocupaba yo misma de ir marcándolo. Pero un día me dijo que no me
preocupara, que lo íbamos a hacer de otra manera: ella me dejaría su breviario
para que yo pueda entonar, y simultáneamente ella iría marcando el mío.
La verdad es
que me quería negar, porque sé bien el trabajo que lleva eso, pero, como sé que
hay confianza, lo dejé estar. Sin embargo, según estábamos en ello, mientras
veía que yo tan solo entonaba y ya estaba tan tranquila, y en cambio ella
estaba ahí con lápiz en mano todo el tiempo copiando, me volvían a entrar ganas
de que lo dejara y hacerlo yo luego.
Pero es que el
Señor me ha regalado experimentar aquí también cómo es Su gratuidad. Y es que
en realidad la gratuidad, que es un regalo tan impresionante, nos cuesta un
montón acogerla con sencillez.
Es un regalo,
sí, ¿y quién no acepta un regalo? Pero cuando sabemos que ese regalo ha costado
demasiado, cuando intuimos que ese regalo ha tenido un precio demasiado alto
que la otra persona ha tenido que pagar por nosotros, pues solo nos quedan dos
opciones: o dejarnos llevar por nuestro propio yo, prefiriendo devolverlo e
intentarlo por nuestro propio medio, o sencillamente acogerlo con un corazón
enormemente agradecido.
La gratuidad, cuando
la acogemos, te hace experimentar el inmenso Amor del que te lo entrega todo
sin echarte en cara todo el esfuerzo que ha supuesto eso. La gratuidad te
desborda de tal manera que rompe tus esquemas y te vuelve pobre y sencillo,
necesitado de los demás.
Pues Cristo ha
llevado a cabo nuestra salvación así, de manera gratuita, por cada uno de
nosotros. No nos preguntó si queríamos que muriera por nosotros, Él lo hizo
porque sabía que en Sus manos estaba nuestra Vida. Y ahora nos quiere entregar
este regalo, para que lo vayamos acogiendo y esa salvación suceda en nuestras
cosas del día a día. Pero ahora sí que nos pregunta si lo queremos acoger. La
salvación está realizada, pero queda en nuestra libertad el quererla acoger y
vivir de ella.
Cuando somos
niños, todo lo recibimos gratuitamente, y lo vivimos con naturalidad, no se nos
ocurre dudar de que detrás de esa gratuidad lo único que hay es amor. Por ello
dice el Señor: “de los que son como ellos es el reino de los cielos”.
Hoy el reto del
amor es acoger con sencillez la gratuidad que se nos regala. Acoger la
salvación gratuita que Cristo nos ha ganado conlleva un montón de regalos,
porque comienzas a ver la vida desde la gratuidad, comienzas a descubrir todo
lo que se te da y, por ello, comienzas a vivir desde el agradecimiento.
¿Aceptas el
regalo?
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
28 julio 2022
Fuente: Dominicas
de Lerma