Inicio de temporada
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| Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
La época de las
lluvias ya va tocando a su fin, por lo que empieza a ser necesario regar los
árboles para que no se sequen. Hace unos años nos dedicamos a instalar riego
por goteo en la zona ajardinada, y yo me encargo de su mantenimiento. Ahora que
hay que volver a ponerlo en marcha, ¡había que revisarlo!
Una fuga por
aquí, un tubo roto por allá… todos los años me doy un paseo tratando de
descubrir las averías. Si abriese el agua sin más, al cabo de un rato, ¡habría
sitios encharcados y otros a los que no les llegaría el agua!
Ese es el punto
clave: todos los árboles están “conectados”: es fundamental que el circuito no
tenga fugas, ¡o alguno podría secarse!
Esta “revisión
tras el invierno” creo que es la que tuvo que realizar Jesús con sus discípulos
tras la Resurrección. Es muy curiosa la indicación que les da a las mujeres:
“Id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea…” (Mt 28,10).
Galilea… donde
todo empezó… Después del invierno de la Pasión, les invita a volver al
principio, comenzar otra vez… pero de una manera nueva. Y, en estos cincuenta
días de Pascua, ¡¡se dedica a reparar sus averías!! Miedos, falta de fe… ¡son
fisuras por donde “perdían agua”!
Del mismo modo,
Jesús nos invita a nosotros a “volver a Galilea”. ¿Pierdes agua por algún
punto? Cristo quiere revisar contigo todo tu circuito, tu presente, tu pasado…
para, juntos, encontrar esas fugas que necesitan sanación.
Él te invita a
no pasar página en falso: lo que hoy parece un pequeño agujero, ¡mañana puede
ser un gran charco! Jesús te propone reparar esas fugas, hacerlo todo nuevo.
Ese es el poder del perdón.
Hoy el reto del
amor es revisar el “sistema de riego” de tu corazón. En tu oración, pregúntale
al Señor si el agua de su Amor llega a todos tus rincones, o si tienes alguna
fisura, algún punto atascado… No tengas miedo: no caminas solo y, de Su mano,
¡cualquier avería tiene solución!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
03 junio 2022
Fuente: Dominicas de Lerma
