“El sacerdocio no es una profesión. El sacerdote no es sacerdote de 9 a 18 horas, sino todos los días, el 100% del tiempo, sin descanso”
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@phdelfino | Instarán |
En plena cola para entrar en el cine, en Río de Janeiro, una
persona pidió a un sacerdote que le confesara. Y un amigo del cura compartió
ese hecho inusual en las redes sociales, dando testimonio de que «el sacerdocio
no es una profesión» y que el padre lo es «todo el día, el 100% del tiempo».
La experiencia la vivió el padre Matheus Aquino, de la
arquidiócesis de Río: había ido al cine con su amigo Pedro Delfino y, mientras
esperaban, un
hombre lo vio con sotana y decidió pedirle que le confesara allí mismo.
Esto es lo que Pedro escribió en Instagram al comentar el
testimonio del Padre Mateo:
El
sacerdocio no es una profesión. El cura no es cura de 9 a 18 horas, de lunes a
viernes. Lo es todos los días, el 100% del tiempo, sin descansos, fines de
semana ni jubilación.
Como dice
san Pablo en 1 Cor 7,35, quien se
consagra a la vida religiosa opta por una “entrega integral al Señor”.
El sacerdote entrega su vida a Dios, sin compartirla con nadie más.
Por tanto,
si la sotana es su
“uniforme de trabajo”, tiene sentido la costumbre de los antiguos de ir siempre
ataviados con su armadura sacerdotal.
Después de
todo, el sacerdote nunca deja de ejercer su oficio.
Ayer mi
amigo @pematheusaquino fue sorprendido en la puerta del cine con el pedido de
un desconocido que se le acercó queriendo confesarse ahí mismo. ¡Qué hermosa
escena!
Él ni
siquiera sabe que tomé esta foto y ciertamente la verá por primera vez ahora,
junto con usted.
Pero no pude
resistir y registré el momento, ya que esta escena me recordó inmediatamente las
palabras de Don Justino, quien dijo: “La sotana es la liturgia de la calle. La
persona que ve está obligada a pensar en Dios”.
De hecho.
¿Cuántas personas no pasaron en ese breve momento y quedaron impactadas por
esta escena inusual?
¿Cuántas
reflexiones internas, admiración silenciosa e intereses ocultos suscitó ese
momento, aparte del mismo sacramento allí administrado?
Nada de esto
habría sucedido si hubiera estado usando jeans y una camisa polo.
De hecho,
con cada aparición pública de un sacerdote con sotana, donde quiera que vaya,
¡las almas pueden estar siendo influidas para volverse a Dios sin que el
sacerdote lo sepa!
Literalmente, por la fuerza del “hábito”.
Francisco
Vêneto
Fuente:
Aleteia