La Conferencia Episcopal Italiana dirigió la peregrinación de adolescentes y jóvenes a la plaza de San Pedro para rezar, escuchar al Papa, y compartir su fe en Cristo Resucitado.
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Más de 50000 jóvenes peregrinaron a la plaza de San Pedro al encuentro con el Papa |
“Queridos chicos
y chicas, no tienen la experiencia de los grandes, pero tienen el ‘olfato’ del
discípulo amado”, les dijo el Papa Francisco a los miles de adolescentes y
jóvenes italianos que se reunieron en la plaza de San Pedro este lunes de
Pascua.
La alegría de
la Resurrección de Señor se reflejaba en los jubilosos bailes y cantos de los
jóvenes que se reunieron con el Santo Padre.
Fue un
encuentro de oración, testimonio y diálogo. El Pontífice dirigió la oración y
los asistentes confirmaron su fe en Cristo Resucitado, también escuchó
atentamente los testimonios de adolescentes que compartieron sus inquietudes,
dificultades y esperanzas.
Luego de la
proclamación del Evangelio (Jn 21, 1-19) de la aparición del Resucitado a los
discípulos en la barca, y en el que pregunta a Pedro, sí le amaba, y le dice
“Sígueme”. El Papa reflexionó sobre las esperanzas que dan el encuentro con
Jesús vivo.
¿Cuántas veces
has tenido miedo?
“Hay momentos
en los que la vida nos pone a prueba, en los que nos hace sentir nuestras
debilidades y nos hace sentir desnudos, impotentes, solos”, les dijo el Papa en
la reflexión. Preguntándoles también: “¿Cuántas veces en este periodo te has
sentido solo, lejos de tus amigos? ¿Cuántas veces has tenido miedo? No te
avergüences de decir: ¡tengo miedo!”.
“La oscuridad
nos pone en crisis, -dijo Francisco- sobre todo cuando levantamos nuestras
redes y están vacías. Entonces no entendemos, nos preguntamos por qué... Pero
después de la noche viene el día, siempre”.
El ‘olfato’ del
discípulo amado
Y les exhortó a
ir al encuentro de Jesús Resucitado: “Queridos chicos y chicas, no tienen la
experiencia de los grandes, pero tienen el ‘olfato’ del discípulo amado. En ti
está la inconsciencia de quien no se resigna al cálculo y se abre a la
maravilla del encuentro. Detrás de cada regalo de la vida puedes reconocer a
Aquel que lo da todo. ¡Levanten la mirada! Mira el rostro de Jesús. Y ayúdanos
también a nosotros, los adultos, demasiado a menudo preocupados por los
problemas, a descubrir su belleza”.
Recordando así
cómo la experiencia del joven discípulo Juan, impulsó al anciano discípulo
Pedro a reconocer al Resucitado:
“En cuanto Juan
grita: "¡Es el Señor!", Pedro se ciñe y salta al agua. Este impulso
inmediato por parte del apóstol más anciano, el que en las narraciones de los
Evangelios recoge muchas malas impresiones, es conmovedor. Todo el amor
generoso de Simón, conocido como Pedro, está en esa inmersión. Cuando Jesús
había caído en el abismo de la pasión, Pedro había intentado salvarse,
abandonando al Maestro a su suerte. Ahora, en cambio, se sumerge, ya no piensa
en sí mismo sino sólo en Él, su Señor, y sólo quiere abrazarlo”.
“Sumérgete,
como Pedro, en el encuentro con Jesús. Tu corazón lo reconocerá”, les insistió
el Papa Francisco a los jóvenes.
No dejen que
sus fragilidades los paralicen
Francisco
expresó a los adolescentes y jóvenes que “son la esperanza de una sociedad
mejor, de una Iglesia más viva, son el presente y el futuro. No tengan miedo de
su juventud, no dejen que sus fragilidades los paralicen, no se resignen a la
idea de ‘de todas formas no podemos hacer nada’. Todo el mundo puede y debe
hacer su parte. La construcción de la paz inicia de la pequeñez de nuestras
relaciones, del cuidado de los sentimientos que cultivamos en nuestro corazón,
de la sensibilidad ante el sufrimiento que encontramos. La paz empieza en
nosotros: piensa en esto cuando te enfades o discutas con alguien”.
"¡Sígueme!"
Al final, el
Santo Padre recordó que el diálogo entre Pedro y Jesús termina con una invitación:
"¡Sígueme!", que también es el lema de esta peregrinación.
“Jesús nos
repite una y otra vez: "¡Sígueme!". No importa si somos grandes o
pequeños, fuertes o débiles, si tenemos más victorias o más derrotas. Jesús
sigue repitiendo a Pedro y a cada uno de nosotros: ¡Sígueme!".
Hablando en un lenguaje juvenil, les dijo el Papa, “seguir” no solamente como en las redes sociales. El “Sígueme" de Jesús, “es una invitación al amor, una invitación a sentirlo en vuestro corazón, a dar lo mejor de vosotros mismos”.
Johan Pacheco –
Ciudad del Vaticano
Vatican News