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P. Pedro Zafra celebrando la Misa en Kiev (Ucrania). Crédito: Facebook Parroquia Asunción de la Virgen |
El P. Pedro Zafra es un sacerdote
de Córdoba (España), de 31 años que llegó en 2011 a Kiev (Ucrania) para
formarse en el seminario. Fue ordenado el pasado mes de junio, pertenece al
Camino Neocatecumental y trabaja en la parroquia de la Asunción de la Virgen,
en la capital ucraniana.
A pesar del inicio de la guerra,
el sacerdote decidió permanecer con sus feligreses y no salir del país. “Fue
un combate interior”, pero aseguró que encontró la respuesta en la oración con
un pasaje del Evangelio en el que “hablaba de la misión y del apoyo de
la gracia de Dios para llevarla adelante”, y por eso decidió quedarse.
Hasta el pasado 24 de febrero,
cuando comenzó la invasión rusa en Ucrania, la vida de la parroquia era como la
de cualquier otra. Pero desde el inicio de la guerra la parroquia se convirtió
en un centro de acogida, donde más de 20 feligreses están acogidos en el sótano
de la parroquia, porque sus casas no eran suficientemente seguras.
“Tenemos varias personas ancianas
en silla de ruedas, familias con sus hijos pequeños y adolescentes y unas
jóvenes misioneras”, explico el P. Zafra al diario ABC y subrayó que vivir esta
situación en comunidad “nos ayuda bastante a sobrellevarlo”.
“No soy un héroe. Esta
situación no la podría llevar adelante yo sólo. Es Dios quien me da fuerzas a
través de la oración y los sacramentos”, afirmó.
“Hay momentos en los que caigo un
poco en la angustia, en el sin sentido de no entender el motivo humano de lo
que está aconteciendo, pero ahora he encontrado mucho más sentido a la
oración y los sacramentos, que me dan la gracia de no huir y perseverar con los
que están sufriendo”, aseguró el joven sacerdote.
El P. Zafra precisa que esta
improvisada comunidad se levanta a las 7.30 am, rezan juntos, desayunan y
después dedican la mañana a distintas labores, en su caso suele visitar a
enfermos y ancianos que no pueden salir de sus casas para llevarles la comunión
y cualquier cosa que puedan necesitar.
Además, según apunta el diario
ABC, la parroquia de la Asunción de la Virgen funciona como centro de
distribución de ayuda humanitaria porque todos los días se acercan hasta allí
muchas personas, e incluso no creyentes para pedir ayuda material y económica.
La gran mayoría de los servicios
básicos como gasolineras, supermercados y farmacias continúan activos, el P.
Zafra asegura que salen a la calle con normalidad aunque en alguna ocasión han
escuchado explosiones a lo lejos.
También la parroquia sigue su
actividad con una relativa normalidad, aunque han adelantado la hora de la misa
para que los fieles puedan volver a sus casas antes del toque de queda, y en
algunos momentos con riesgo de bombardeo trasladaron la celebración a los
sótanos. En las últimas semanas han celebrado dos Primeras Comuniones y tres
matrimonios.
Incluso aseguran que en este
último mes ha aumentado el número de personas que asisten a Misa. “Las
personas vienen buscando una respuesta al sufrimiento. Antes tenían su trabajo,
su proyecto de vida y ahora todo eso ha desaparecido, ya no tienen ninguna
seguridad y buscan una respuesta en Dios”, afirma el sacerdote al diario
español.
Y destaca el gran sufrimiento de
todo el pueblo ucraniano: “Hay mucha tensión, preocupación por la seguridad,
por la propia vida. La incertidumbre que crea no saber qué va a ocurrir, vivir
el día a día. No sabemos si vamos a vivir mañana o no”.
Fuente: ACI Prensa