Jesús creció en
Nazaret con su madre, la Virgen María y
su padre San José, que allí
vivían.
Quizá esta fue la casa de Jesús y sus padres de niño. Dominio público |
Los
arqueólogos y la tradición de la Iglesia creen que las han identificado (o se han acercado
mucho), y una está a unos cientos de metros de la otra. Sobre la casa "de
soltera" está la Basílica de la Anunciación. Y sobre la casa "de
casada", el hogar de la Sagrada Familia, estaría el cercano templo de San José.
Tradicionalmente
reciban una multitud de visitantes de todos los países, pero este año, con la pandemia, lo que
han recibido en la Navidad latina, en la ortodoxa y otros fines de semana es a visitantes judíos israelíes.
Una novedad: estaban cerca pero no
venían
Muchos
judíos viven cerca, quizá a 50 o 100 kilómetros, pero habitualmente piensan en
Nazaret, que es una ciudad árabe, como un sitio lejano. Pero este año, no pudiendo viajar al extranjero
por la pandemia, muchos se han animado a visitar la ciudad de Jesús.
Estos
turistas -a veces llegan de Tel Aviv o la otra punta del país- buscaban
"ambiente navideño" y de hecho el ayuntamiento y el Gobierno nacional
han incentivado el turismo a la ciudad con folletos en hebreo y una nueva web en hebreo.
Nazaret tiene casi
80.000 habitantes.
Casi todos ellos son árabes
con ciudadanía israelí. Es la mayor concentración de población árabe
en Israel. Un 30% de ellos
son cristianos de distintos ritos e iglesias, por lo que es también la
ciudad en Israel con mayor porcentaje de cristianos.
Los
turistas compran dulces de
la casa Mahroum, que lleva varias generaciones aquí vendiendo dulces de
miel, avellana y pistacho. También compran knafeh, una mezcla sabrosísima de
queso con pistacho.
¿Para ver arte moderno? A la iglesia
Si
quieren ver arte moderno (del siglo XX) en la Basílica de la Anunciación hay
bastante, en esculturas, mosaicos, relieves y pintura. La Basílica de la Anunciación fue
construida entre 1960 y 1968, según el diseño del arquitecto italiano
Giovanni Muzio (1893-1982).
Allí se puede ver, por ejemplo, la estatua que conmemora el encuentro en enero de 1964 del patriarca Atenágoras de Constantinopla y Pablo VI en Jerusalén: un día, el Patriarca visitó al Papa y se abrazaron; al día siguiente, el Papa al Patriarca. Atenágoras explicó a los periodistas: «Hace quinientos años que no nos hablábamos» (desde el concilio de Florencia no se reunían el Patriarca de Roma y el de Constantinopla)
Los
lugares cristianos están abiertos a todos, pero muchos judíos en Israel conocen
poco o casi nada de la religión cristiana. En la iglesia greco-ortodoxa de la
Anunciación, el vigilante explica a Agencia France Press que el 90% de los
visitantes esta temporada son israelíes judíos. Pero que "no sienten conexión con la iglesia; vienen, la ven y
se van". Lo que quiere decir es que, por ejemplo, ni siquiera
encienden una vela, que es lo mínimo que hace el turista griego o ateo aunque
sea agnóstico o poco devoto.
En
Nazaret, al contrario que en otros sitios de Tierra Santa, casi siempre hubo
cristianos y casi siempre hubo un templo o espacio de oración.
La casa de la Sagrada Familia
Los
arqueólogos consideran confirmados sus hallazgos. Casas que en parte eran cuevas, con su mikvá (baño ritual de
agua corriente), junto a espacios para animales, y en la calle de
enfrente más casas… La calle ante la basílica, donde los autobuses se atascan
para dejar a los peregrinos (los años que hay peregrinos) sería la calle donde
jugaba Jesús de niño hace dos mil años. Bajo la basílica siguen apareciendo
restos.
Es
posible que hubiera una iglesia desde la época de Constantino aquí, pero los
ortodoxos no suelen dedicar recursos ni permisos a hacer excavaciones. Un monje
de la Galia llamado Arculfo escribe en el 670 que había una iglesia sobre una
fuente en Nazaret. Al empezar el s.XI, un abad ruso llamado Daniel describe su
viaje a Nazaret con «un pozo muy profundo y muy frío, que alcanzabas bajando
mucho en una escalera, y sobre el pozo hay una iglesia dedicada al arcángel
Gabriel, y es redonda».
El
Ministerio de Turismo
israelí ha anunciado que dedicará bastante dinero en 2022 a mejorar el acceso y
las instalaciones a lugares santos, sin especificar cuáles.
Nazaret
es una ciudad árabe y bastante caótica, de callejas estrechas y tráfico
complejo. No es muy fácil acceder a sus «casas de María». Mejorar ese acceso
ayudará a la ciudad y sus habitantes, y a los devotos que acudan cuando la
pandemia lo permita.
P. J. Ginés
Fuente: ReL/Cari Filii