El padre Wenceslao Belem, sacerdote de Burkina Faso, cuenta la experiencia de persecución
Javier Menéndez Ros, director de ACN, y el padre Wenceslao Belem, sacerdote de Burkina Faso |
Uno de cada cuatro cristianos en el mundo vive en países donde son
discriminados o directamente perseguidos por su fe. En total,
son más de 646 millones los que viven su fe de esta manera sabiendo que pueden
perder su trabajo o incluso ser asesinados únicamente por seguir a Cristo.
Para ayudar a la Iglesia de estos países, la fundación pontificia
Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) ha lanzado su campaña de Navidad 2021, que
este año lleva por lema “Que haya sitio en la posada”. El
objetivo es ayudar a sostener a los más de 82.000 sacerdotes, religiosos y
religiosas, y catequistas que en países de los cinco continentes trabajan para
sostener en la fe a los fieles que sufren necesidad, marginación y persecución.
El director de ACN España, Javier Menéndez Ros, explicó en la presentación de esta
campaña la situación extrema, ya sea por la pobreza de la Iglesia o por la
persecución, que se vive en países americanos como Cuba, Venezuela o Perú;
asiáticos como India, Bangladés o China, o africanos como Nigeria o Burkina
Faso.
“Estamos junto a los cristianos que sufren necesidad o persecución
en los países más olvidados del mundo. Nosotros no queremos dejarles solos y ofrecemos
la posibilidad de ayudarles”, explicó
en la rueda de prensa.
Un total de 45.655 sacerdotes (1 de cada 9 en todo el mundo),
18.126 religiosas tanto de vida activa como contemplativa y 18.389 laicos han recibido ayuda de ACN a través
de 4.758 proyectos distintos en las 1.145 diócesis de 138 países. Con la
campaña “Que haya sitio en
la posada” está previsto que se pueda sostener todavía a un número
mayor durante el año que viene.
Menéndez Ros destacó también un aspecto muy preocupante que ACN ha
observado en primera persona: la
rápida expansión del yihadismo por el continente africano y el salto a Asia.
Lo ocurrido en Burkina Faso es un claro ejemplo. En estos momentos el 60% del territorio de un país
con 21 millones de habitantes está tomado por los terroristas yihadistas y
otros grupos violentos.
En el país viven cinco millones de cristianos y hasta el 2015 la
convivencia con los musulmanes era prácticamente ejemplar. Sin embargo, la violencia asola ahora al
país. Casi un millón y medio de personas ha tenido que abandonar sus
hogares, periodistas extranjeros como los españoles David Beriain y Roberto Fraile
fueron asesinados, también el
misionero salesiano Fernando Hernández. También otros sacerdotes
locales y religiosos han sido víctimas de los yihadistas en este tiempo.
El padre Wenceslao Belem, sacerdote de la diócesis de Ouahigouya (Burkina
Faso), presente en la presentación de la campaña ha contado su experiencia y la
de la Iglesia en este país en medio de la persecución.
“Los
sacerdotes nos confesamos antes de desplazarnos, lo que nos
ayuda a quitarnos el miedo y también a pedir la gracia de poder perdonar. Esto
nos prepara interiormente a lo que pueda ocurrir”, contaba este religioso ante
el peligro que corren en este país por llevar la fe de Cristo.
Su diócesis situada en el norte del país y donde más peligro
corren los cristianos tiene 1,6 millones de habitantes, de los que apenas
100.000 son católicos. Aún así, tiene 16.000 catecúmenos, 87 sacerdotes diocesanos,
70 seminaristas mayores, 196 seminaristas menores y 184 catequistas. En la
ciudad, guardias armados
protegen a los fieles que se atreven a ir a misa. En lugares donde el
ejército no llega se recomienda a los cristianos juntarse en grupos para rezar
en las casas.
“Cada semana los
terroristas intimidan, saquean o asesinan civiles. Hay pérdidas de vidas
humanas y muchas personas han huido de sus hogares”, confirmaba el padre
Wenceslao.
¿Qué hace la Iglesia en esta situación? “En primer lugar la labor de la Iglesia es la oración, y
segundo, atender a los desplazados sin ninguna distinción. ¿Cómo? Con la
acogida en los lugares pertenecientes a la Iglesia”.
Por ello, este sacerdote de Burkina Faso explicaba que cada día
rezan “por el fin del terrorismo” y llevan a cabo proyectos para ayudar a los
cientos de miles de desplazados. “Por ejemplo, en la diócesis enseñamos a las chicas a cosas y a los
chicos horticultura y ganadería. Los terroristas aprovechan la pobreza
de los pobres para reclutarlos”.
Son muchas las iniciativas que la Iglesia realiza en este lugar a
pesar de las dificultades. Una de ellas son las cartas pastorales a los jóvenes
para mantener la esperanza e invitarles a esforzarse en la lucha contra el
terrorismo.
Además, el padre Wenceslao reconocía que la radio diocesana es el
“medio más adecuado para llegar a los cristianos que están en los pueblos. Esta misma radio es utilizada
para impartir clases a los niños entre 10 y 17 años que están desplazados y
no han podido matricularse en la escuela.
Por otro lado, hay
muchos niños con graves traumas debido a la violencia yihadista. El
proyecto del obispo es fundar una escuela solo para estos niños traumatizados
para que así puedan recibir una ayuda más especializada.
En su experiencia como párroco, Wenceslao Belem
afirmaba que es muy duro ver a las personas que han perdido su hogar. Además,
el yihadismo ha provocado que jóvenes cristianas se pongan el velo islámico
para poder estudiar o comprar tranquilamente.
“Hago pastoral con los desplazados con compasión y
esperanza. Charlamos con ellos y los animamos. Lo hacemos junto a un
grupo de laicos de mi parroquia: el mal nunca tendrá la última palabra”,
añadía.
Pero esta persecución está también provocando otros
efectos: personas que están volviendo a la fe y parejas que
vivían en situación irregular y han decidido casarse por la Iglesia y estar
bajo la gracia de este matrimonio.
El padre Wenceslao destacó el ejemplo de los militares
católicos, que al ver la muerte tan de cerca acuden a la iglesia a rezar
y a recibir la bendición antes de ir a combatir a los yihadistas.
Ayuda a la Iglesia Necesitada realiza en Burkina Faso,
al igual que en otros muchos países, numerosos proyectos para sostener a la
afligida comunidad cristiana.
Puedes ayudarlos aquí a través de la campaña
“Que haya sitio en tu posada”.
Javier Lozano
Fuente: ReL