El milagro de la Virgen de las Flores que se renueva todos los años
@SantuariodellaMadonnadeiFioriBra |
El 29 de diciembre de 1336 una joven madre embarazada ya casi
pronta llamada Egidia Mathis, regresaba a su casa.
Caminaba por un sendero nevado que cruzaba un bosquecillo de
ciruelas silvestres (Prunus spinosa) cerca del pueblo de Bra (Cuneo, Italia) y
se detuvo a rezar en un pilar votivo consagrado a la Virgen.
En eso llegaron dos soldados con malas intenciones y la atacaron.
Egidia, desesperada por su vida y la del bebé, invocó a la Virgen
y apareció una Señora resplandeciente de luz.
Los soldados huyeron espantados y la joven cayó al suelo con
dolores del parto, la misteriosa Señora la asistió en el parto y luego
desapareció en el aire.
Egidia emocionada con su hermoso bebé en brazos corrió a casa para
contar todo lo sucedido.
El milagro de la floración invernal
La joven madre volvió al lugar con una comitiva de amigos y
familiares que querían ver el lugar del milagro y todos quedaron asombrados al
ver que las ciruelas silvestres estaban cubiertas de flores blancas en pleno
invierno como si fuera primavera.
Desde entonces, todos los fines de diciembre se produce la
extraordinaria floración invernal.
Los estudios científicos
Diversos estudiosos a través de los siglos se interesaron en el
fenómeno y trataron de encontrar una causa científica a este extraordinario
evento, sin lograrlo.
El científico Augusto Béguinot (1875-1940) dijo al respecto:
“Como científico no uso la palabra milagro, pero, justamente como
científico tengo que decir que las leyes naturales que tejen la vida del Prunus
spinosa no son suficientes para explicar el extraordinario fenómeno de la doble
floración”
En 1974, otro científico, Franco Montacchini; definió como
inexplicable la pérdida del normal ciclo de aquella planta, que debería
florecer sólo en primavera, y florece también en invierno.
Sin embargo, aunque el milagro se repite todos los años, en dos
ocasiones no se produjo. En 1914 y 1939, a la vigilia de las dos grandes
guerras.
El santuario
En el lugar se erigió un pequeño santuario dedicado a la Virgen de
las flores, como se la llamó, que creció al pasar de los años.
En 1626, se construyó uno de estilo barroco, llamado el “santuario
antiguo”, donde se puede ver en una de sus paredes la estatua del beato
Alberione, que era muy devoto de la Virgen de las flores desde pequeño.
El “santuario nuevo” se construyó en 1933, su entrada está
adornada con un importante mosaico de Marko Ivan Rupnik.
María Paola Daud
Fuente: Aleteia