Piden a las comunidades autónomas «una ampliación razonable» de la carga lectiva, pues tienen competencias para ello
Foto: EFE/ Marcial Guillén |
La Comisión
para la Educación y Cultura de la Conferencia Episcopal Española (CEE) ha
mostrado este jueves su sorpresa por los proyectos de decretos de Enseñanzas
Mínimas que reducen el horario de la asignatura de Religión. «Se ha perdido la
oportunidad de mantener al menos el horario mínimo LOE, ley a la que la LOMLOE da continuidad», recoge en un comunicado.
En toda la
Primaria, por ejemplo, la asignatura pierde en torno a un centenar de horas con
respecto a la situación actual. «Sorprende que en una apuesta por un modelo
competencial se limite al mínimo posible la carga lectiva de un ámbito tan
decisivo para la educación de la persona como es la Enseñanza Religiosa Escolar
(ERE), añade.
En este
sentido, solicita a las comunidades autónomas, en el ejercicio de sus
competencias, «una ampliación razonable» de las horas de la materia y, por
tanto, que no se queden en lo establecido por el Ministerio de Educación.
También lamenta
que la evaluación no sea tenida en cuenta en los cursos superiores «a efectos
de computabilidad» y considera «un error que no se haya ofrecido al alumnado
que no elige Religión un área en condiciones equiparables». Sobre esta segunda
cuestión, agrega: «Se evitaría todo riesgo de discriminación y habría sido una
mejor respuesta a las exigencias derivadas de las competencias clave».
Del mismo modo,
no entiende que en los citados decretos no se haga referencia a la cultura
religiosa no confesional prevista en la LOMLOE, que, en su opinión, «bien
podría constituir una propuesta de atención educativa para el alumnado que no
elija Religión».
La apuesta por
el diálogo continúa
Tras reconocer
los aspectos positivos de la nueva ley y de poner en valor el trabajo que ha
realizado la Conferencia Episcopal en la elaboración del nuevo currículo, la
Comisión para la Educación y Cultura reitera «la voluntad de diálogo con las
administraciones educativas».
«Conscientes de
la importancia fundamental del bien de la educación para el alumnado, sus
familias y toda la sociedad, proponemos la presencia de la propuesta educativa
cristiana y el valor de su contribución al mundo de la enseñanza. No perdemos
la esperanza de llegar a acuerdos y pactos en materia educativa que sean
inclusivos y cuenten con todos», concluye.
Fran Otero
Fuente: Alfa y
Omega