En un insólito viaje al que fue sólo a por su novia, Cristóforo Amanzi tuvo una experiencia mística
Cristoforo Amanzi, en una peregrinación a Medjugorje |
Este
religioso de 66 años tiene tras de sí una historia de conversión y vocación muy
peculiar. Miembro del
Partido Comunista Italiano desde su juventud era un ferviente anticlerical.
Con 32 años tenía una novia, una mujer separada y madre de dos hijos, que se
acaba de convertir y peregrinó a Medjugorje.
Ercole
Amanzi, pues este era su nombre antes de cambiarlo tras su profesión religiosa,
fue hasta Bosnia para convencer
a su pareja para que se fuera de Medjugorje y así ir juntos a pasar unos días
en la cercana costa dálmata. Pero en esta aldea donde la Virgen se ha
aparecido experimentó una conversión tumbativa que acabaría transformando
totalmente la vida que llevaba para acabar incluso abrazando la vida religiosa.
Desde su llegada a
Medjugorje nada salió como Ercole preveía. No sólo no consiguió convencer a la
novia para abandonar este lugar mariano e ir a la playa de vacaciones, sino que
esta mujer había decidido cortar esta relación con él. Tras su conversión ella
había sido consciente de que ya estaba casada y no procedía una relación de
este tipo.
Pero
la que hasta entonces era su pareja fue a más e intentó ayudar espiritualmente a Ercole para que
con la colaboración de los otros peregrinos de aquella peregrinación se pudiera
encontrar con ese Dios contra el que luchaba.
Según
contaba a La
Nuova Bussola Quotidiana, Ercole (ahora Cristóforo)
tuvo una conversación con una monja en la que asegura que tuvo una experiencia mística:
“Cuando le di la mano no vi más que una palabra de cuatro letras, amarilla como
el sol que formaba la palabra Iesu (Jesús en italiano) y que aparecía sobre un
fondo negro”.
Desconcertado
por todo lo que estaba viviendo decidió subir al monte Krizevac o de la Cruz,
en Medjugorje e intentó
recitar el Avemaría, la única oración de la que recordaba algún fragmento.
“Después
de un rato fue como perder la cabeza. Durante la subida vi fluir por mi mente los episodios más
importantes de mi vida. Reconocí claramente lo que había sucedido: los
errores, la traición a mí mismo, los pecados… Fue una iluminación, un examen de
conciencia del que me di cuenta plenamente sólo más tarde. Durante el último
tramo del camino, cerca de la cruz, escuché una voz masculina y paternal que me
decía: ‘esto es lo que hiciste, yo te propongo otra vida’. En un momento
entendí todo: Dios existe,
ha tenido paciencia conmigo, siempre me ha amado y me da la posibilidad de amar
y empezar de nuevo”.
Así se había alejado de Dios
El
alejamiento total de todo lo relacionado con la fe se había producido 16 años
antes, en plena adolescencia. “Comencé a distanciarme progresivamente de Dios
alrededor de a los 16 años”, afirma. Creía que el cristianismo se había vuelto
incompatible con la necesidad de defenderme del acoso que sufría. Por ello,
confiesa que quería ser
“más agresivo y comportarme como los demás”.
Así
fue como acabaría afiliándose
al Partido Comunista. “En ese momento todo empujaba en esa dirección. El
objetivo de una sociedad más justa parecía al alcance, en el comunismo también
vi una respuesta”, asegura.
A
su vez el anticlericalismo caló en él profundamente. Ercole asegura que
entonces sólo su madre siguió siendo católica. “Mi padre no era practicante por motivos laborales, mientras que
fui yo quien apartó a mi hermana de la fe. Sólo mi madre seguía rezando, y
siempre que intentaba proponer argumentos de fe no encontraba correspondencia”.
Por
tanto, el ahora fraile afirma que al no tener un referente en Dios sintió “la importancia de tener
referentes terrenales: trabajo, política, deporte, amistades, relaciones
afectivas. Más tarde, experimentando a Dios, me di cuenta de lo frágiles que
eran esos puntos de referencia”.
La vocación religiosa
Tras
esta conversión en Medjugorje, Ercole
Amanzi ingresó en la Orden de los Frailes Menores en 1990 eligiendo
Cristoforo (Cristóbal) como nombre religioso. Leyendo la historia de este santo
descubrió que su memoria litúrgica coincidía con la fecha de su conversión, el
25 de julio, fiesta también de Santiago Apóstol, patrón curiosamente de la iglesia
de Medjugorje.
Además,
descubrió una coincidencia aún más significativa. En los albores del cristianismo, el culto a San Cristóbal había
reemplazado al culto pagano del semidiós Hércules (Ercole) y este
nuevo conocimiento fue decisivo para que adoptara el nombre religioso de
Cristoforo.
Si
ahora es franciscano en Fontecolombo, también en Medjugorje hay una presencia
fundamental de esta orden religiosa, responsable de la iglesia de este lugar
mariano. Hasta allí viaja
a menudo como guía para los peregrinos y junto a los miembros de la
fraternidad “Madre de la Reconciliación y la Paz” que él mismo ha fundado.
“No
debemos descuidar lo sucedido en Medjugorje. El contenido de los mensajes está
en consonancia con la sana doctrina que la Iglesia viene transmitiendo desde
hace 2000 años. Si hubiera habido problemas desde un punto de vista doctrinal y
moral, la Iglesia ya habría cerrado Medjugorje. Tanto es así que los mensajes
se pueden resumir en cinco puntos conforme a la tradición católica: Oración, Palabra de Dios,
Confesión, Eucaristía y Ayuno”.
Fuente: Cari Filii News