Lo perdí
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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Hace unos días,
de pronto me di cuenta de que no tenía el anillo del rosario en la mano. ¿Cómo
podía ser? No había notado en ningún momento que se me estuviera cayendo, y no
sabía desde cuándo me faltaba.
¡Qué impotencia
se siente cuando pierdes algo muy querido! Y si además es algo tan
significativo… Así que en ese mismo instante me puse a hacer el recorrido de
vuelta por todos los lugares por donde había estado durante la mañana: en el
fregadero de la cocina, en los rosales de la huerta, en la sacristía… pero
nada, no lo encontraba.
Pero lo más
impresionante fue que me vino la luz cuando me iba a dormir, de pronto me vino:
“en la lechuga”. Cuando limpiamos y picamos la lechuga para la comida, la
ponemos en un balde con agua fría y ese agua está realmente fría, por lo que
ahí no sientes si lo estás perdiendo. Y, efectivamente, ahí mismo, en el balde
de agua, estaba el anillo. ¡Qué felicidad cuando recuperas algo tan valioso!
Después, en la
oración, el Señor me regaló ver que todos tenemos algo muy valioso y que no
queremos perder: la Paz. La paz es fruto de habernos encontrado con Cristo, de
sabernos amados por Él, de saber que nuestra vida le pertenece a Él y de
encontrar nuestro descanso en esa seguridad. La paz es un regalo que Cristo nos
da. Cuántas veces en el Evangelio dice: “La Paz a vosotros”, “la Paz os dejo,
mi Paz os doy”…
Y por eso mismo
es algo tan valioso, de manera que, cuando la perdemos por cualquier
circunstancia, por cualquier suceso que nos quita la Paz o que nos sobresalta,
tenemos esa necesidad de buscarla y encontrarla, de saber qué es lo que nos ha
quitado la paz, para recuperarla, para volver a acoger su paz en nuestro corazón.
Y Él me regaló
descubrir con el ejemplo del anillo que el proceso es el mismo: mirar hacia
atrás en el día para encontrar en qué momento perdimos la Paz y así poder poner
palabras a lo que sucede dentro de nosotros, presentárselo al Señor y dejar que
Él vuelva a poner Paz en nuestro corazón.
Hoy el reto del
amor es buscar la Paz y alegrarte de guardarla en tu corazón. El Señor nos ha
creado para ser felices y uno de los elementos fundamentales es la Paz. ¡Deja
que Cristo llene de Paz toda tu vida!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
Fuente:
Dominicas de Lerma