Lo increíble es ver un estilita en nuestro tiempo...
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¿Por qué eran llamados así?
Porque vivían en la cima de una columna, propusieron al mundo una
forma diferente de acercamiento a la oración en el sentido original de
elevación del alma, y al mismo
tiempo, al arrepentimiento y la meditación.
El primer estilita conocido es san Simeón que vivió a finales del
siglo IV en Siria. A los 15 años ingresó en un monasterio donde luego fue
expulsado por el rigor de sus fuertes ayunos.
Entonces decide apartarse en el desierto para vivir en penitencia
avocado totalmente a la vida contemplativa. La gente del lugar que ya lo
consideraba santo se acercaba continuamente a pedirle favores, viendo que esto
afectaba tanto su “silencio” decide a una columna de cuatro metros.
La columna comenzó con 4 metros hasta llegar a los 15 metros de
altura. En la parte superior había una plataforma de solo cuatro metros donde
Simeón vivió por 37 años en sacrificio orando continuamente.
Estar en lo alto de las columnas requería grandes dotes de
espiritualidad y, al mismo tiempo, de resistencia física: el contacto con la
“realidad” estaba asegurada por un simple sistema de poleas, necesario
para garantizar a los estilistas el alimento necesario para su supervivencia
igualmente como el abrigo para resistir a la intemperie.
Los restos de la columna de Simeón, se encuentra en Alepo, y
esperemos que por mucho tiempo, a la luz de los recientes hechos acaecidos en
esa tierra atormentada.
La fama de Simeón se propagó por toda Siria, y varios comenzaron a
imitar esta forma un poco “extravagante” de anacoretismo, muchos de los cuales
llegaron a ser santos como Simeón. Entre los más conocidos están a parte de san
Simeón llamado el viejo, san Simeón el joven, san Rubén, san Daniel estilita,
san Lucas estilita, san Juan estilita, san Lázaro estilita, entre otros…
El último estilita
Aunque si este modo de vivir ya era bastante extravagante en
aquellos siglos, cualquiera diría que una vida así es inimaginable en nuestros
tiempos, sin embargo en Georgia se encuentra un monje ortodoxo que lleva la
vida de un estilita desde hace 20 años.
Se llama Maxime Qavtaradze, tiene 59 años y vive en una escarpada
de 40 metros de altura.
Su contacto con el exterior es una larguísima escalera, que demora
20 minutos en bajarla, y lo hace solo dos veces a la semana para rezar con su
comunidad, que se encuentra en la base de la roca donde vive.
Lo necesario para vivir se lo hacen llegar por un sistema de
poleas, como se hacía con los estilitas del siglo IV.
Maria Paola Daud
Fuente: Aleteia