Anne-Dauphine Julliand afronta la enfermedad de sus hijas con coraje, fe, una sonrisa y un gran testimonio de superación muy contagioso
Anne-Dauphine Julliand. Dominio público |
También lo hizo en Madrid, en
Barcelona... El periodista Paco Cerdá la entrevistó en
el Faro de Vigo.
Una decisión: sonreír
"Hay distintas formas de actuar
cuando te enfrentas a una dura prueba como la mía. Una manera es pensar que
solo vas a sufrir durante el resto de tu vida. En cambio, yo he encontrado la
forma de ser feliz en este camino diciéndome que tengo una cosa tremenda, pero
que siempre quedan momentos de felicidad, y yo he elegido vivirlos.
Por supuesto que a veces lloro y estoy triste. Pero se puede reír y sonreír.
Porque sonreír es una decisión. Si la vida no te sonríe, sonríele tú a
la vida", explicó Anne-Dauphine.
Frente al dolor, el amor
Enferma, pero feliz
Esta madre animosa describía así la
realidad de su hija Azylis, que ya caminaba hacia la muerte (que tendría lugar
en 2017) cuando le hicieron esta entrevista: "Físicamente, Azylis está muy
mal: no habla, no anda, apenas mueve los brazos, ve poco y no puede
comer sola. Pero estaría mintiendo si me quedara ahí. Porque esa no es mi
hija. Azylis es una niña feliz.
"Y no lo digo para engañarme
como una madre loca", insistió: "Te lo prometo: es feliz. Su
sonrisa es mi victoria de cada día. Y como dice su hermano mayor Gaspard,
Azylis tiene suerte. Porque la gente la ama".
"No importa el por qué, importa
el cómo"
Hay preguntas que no son edificantes
en estas situaciones, una vez tienes ya la base de la fe y la superación.
"A veces, al ver a una niña caminar por la calle, me surge la
pregunta del porqué. Pero enseguida la aparto. Porque sé que no he de perder
tiempo en ello. Esa pregunta conduce a buscar culpables o a sentirte
víctima. Eso solo hace daño. No me importa el porqué. Me importa el cómo:
cómo subir la montaña".
En 2018, Juilland se adentró en el
mundo audiovisual y rodó un documental para transmitir todos estos
sentimientos: Ganar al viento.
En la película, se muestra a cinco niños con enfermedades graves que son
felices y aprovechan cada minuto del día. Anne-Dauphine los convirtió en nuestros
maestros.
Aprender en el dolor
En una entrevista de 2021 en Famille Chrétienne,
Anne-Dauphine da las claves de cómo la ha subido ella: "En los momentos
más espantosos, Jesús me dice «Yo te sigo amando»".
"Sé que sufriré toda la vida.
Hay momentos en que mis dos hijas me faltan y siento un vacío como en el
momento de su muerte. Soy consciente de que sufriré toda la vida, pero lo haré
con una sonrisa. Hay que aprender a vivir con ese dolor y aprender de
ese dolor", explica.
Ha conseguido la "paz
interior" porque sabe que los momentos de las lágrimas duran más o
menos, pero se acaban y hay que seguir viviendo: "Todo esto nos obliga a
volvernos hacia algo más grande que nosotros, hay una dimensión espiritual...
La gran respuesta a este sufrimiento es el amor: el amor de los demás, el amor
de Dios que consuela... En los momentos más dolorosos y espantosos de mi vida
me he sentido amada, casi escuchaba a Jesús decirme 'Yo te sigo
amando'... Cuando te sientes sin fuerzas y vacía, esa voz interior que te
dice 'Yo te amo' te vuelve invencible".
Fuente: ReL