Buscó al Señor más poderoso del mundo, sirvió al diablo y finalmente terminó llevando a cuestas a un niño
Dominio público |
Esta leyenda muestra a Cristóbal como un gigante de más
de 5 metros de altura. Se trata de un hombre que buscó y recorrió el mundo para
consagrase al servicio del Señor más poderoso del mundo. Primero encontró un
rey cristiano, después viendo que el rey temía al diablo cambió de amo y quiso
servir al diablo y a su ejército destructor.
Un buen día, en un cruce de caminos el diablo vio
una cruz de piedra y empezó a temblar. ¿Cómo es posible pensó? ¿Cómo se puede
tener miedo de alguien que había muerto en esa cruz? Dejó al diablo y buscó por
muchos lugares.
Un buen día se encontró con un ermitaño que les
explicó como servir a Cristo:
-Aquí al lado hay un río donde suelen morir muchos
de los que intentan atravesarlo. Tienes una estatura y fuerza descomunal,
perfectamente podrás pasarlos de orilla a orilla sobre tus hombros. Y
efectivamente, comenzó a pasar viajeros apoyado en una vara gruesa y resistente.
Así lo hizo. Un buen día, escuchó la voz de un
niño:
-¡Cristóbal, sal y ayúdame a cruzar el río!
Cristobal salió y no vio nada. Así ocurrió una
segunda vez. A la tercera lo vio y lo subió sobre sus hombres para cruzar el
río. Cada vez el niño pesaba más y más…Cristobal no podía con él. No podía
creer lo que les estaba pasando. Finalmente y con un esfuerzo sobrehumano cruzó
el Rio.
-¡Ay, pequeño!- le dijo Cristóbal creía llevar el
mundo entero sobre mis espaldas.
–Y lo has llevado porque yo
soy Cristo, el creador de ese mundo. Cuando vuelvas a tu
cabaña, planta la vara y mañana por la mañana estará verde y con frutos-, le
contestó el niño.
Así fue como Cristóbal se convirtió en el portador
de Cristo o el portador del niño. Nada más se sabe de su vida y de su historia.
Algunos dicen que se trata de una leyenda medieval, otros dicen que es una
transformación de la mitología griega y el mito de la barca de Carón. Quizá no
importe tanto de donde venga la tradición, sino lo que ha supuesto.
Cristobal se convertiría así, por esta leyenda, en
el Patrón de los viajeros.
Alvaro Real
Fuente: Aleteia
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