Pese a que su familia no entendía su vocación, Jaume superó todos los obstáculos para poder entrar en el seminario.
Jaume Pastor. Dominio público |
Misa, rosario y oración
desde la adolescencia
Jaume fue educado desde su infancia en
colegios cristianos, y compaginaba la formación religiosa que recibía en la
escuela y en su familia con la asistencia a algunos centros juveniles del Opus
Dei.
En 1º de ESO conoció a don Carlos, un
sacerdote que le acompañaría durante la adolescencia y se convertiría
en un referente para él. “Muy poco a poco, me ayudó a acercarme a
Jesús, proponiéndome frecuentar más mi trato con Dios”, explica el
seminarista. Desde entonces comenzó a adquirir un mayor hábito de oración e iba
a misa y rezaba el rosario con frecuencia.
Con 14 años, durante un retiro en un campamento del
Opus Dei, le invitaron a plantearse la vocación al sacerdocio. La
negativa de Jaume fue tajante: “No quiero que me habléis del tema”.
"Dejarse liar por
el mayor liante del mundo"
Sin embargo, semanas después, escuchó tres
veces la mima parábola del Evangelio el mismo día y en diferentes
momentos y lugares: “Entonces dice Jesús a sus discípulos: `La mies es
abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies
que mande trabajadores a su mies´”.
Al principio, Jaume acogió la llamada con alegría.
“Jesús es, simple y llanamente, un liante”, bromea. “La vida se resume en
esto, en un dejarse liar por el mayor liante del mundo, Jesús, en un
atreverse a decirle que sí a su plan”.
Solo y adicto a los videojuegos, pensó en el suicidio
Pero sus padres no lo aceptaron igual.
No estuvieron de acuerdo con su decisión, intentaron alejarle de la idea y tuvo
que continuar yendo a los encuentros de la Obra a escondidas. Al
entrar en la universidad, su padre le propuso dejarlo por un año, y el accedió.
Sin parroquia y nadie con quien poder vivir su
fe, la vida espiritual de Jaume se estancó y cayó en la adicción a
los videojuegos. “Fue mi vía de escape para huir de la realidad
porque no quería aceptar que estaba sin familia, sin parroquia, sin Opus Dei...
sin nadie con quien poder vivir mi fe”.
La crisis de Jaume le llevó incluso a pensar
en el suicidio. “Aunque estaba francamente mal, quería seguir estando a su
lado [de Dios]”.
Pudo decirle
"Sí" a Jesús
Su temprana y profunda vocación al sacerdocio
estaba en continuo conflicto con su familia, pero sabía que cuando acabase
la carrera de Bioquímica, nada podría impedir que entrase al seminario.
El pasado 11 de septiembre de 2020 cumplió su
sueño, y desde entonces estudia el primer curso del Seminario Mayor de
Valencia. “La razón por la que entré al seminario es por decirle a Jesús que
sí, que quiero seguirlo porque me fio de Él”.
Fuente:
ReL