“Es un momento de mucho amor porque el sufrimiento te hace mirar a lo importante y lo superficial se cae para ver cómo nos necesitamos los unos a los otros”
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Las monjas de Iesu Communio. Dominio público |
La
tremenda juventud de la comunidad ha ayudado a que los casos sean leves, pues la media de edad
es de 30 años y hay incluso alguna religiosa con tan sólo 21. Sólo las 13 que
superan los 80 años ya recibieron la vacuna y ninguna de ellas se ha
contagiado.
Una de las monjas que ejerce como portavoz de
la comunidad ha explicado al diario ABC que
durante todos estos meses de pandemia han tenido “muchísimo cuidado, incluso todos los paquetes que
entraban pasaban su cuarentena”.
Sin embargo, el virus ha logrado colarse en el interior
de los muros del monasterio y
“hace estragos en una comunidad en la que se vive tan estrechamente”.
Aún así, esta religiosa de Iesu Communio
explica que la comunidad vive con naturalidad este complicado momento con la
mitad de las hermanas contagiadas porque en la práctica están “acostumbradas a
la organización” y esto es precisamente lo que ahora se impone “con la entrega de unas hermanas a
otras”.
De este
modo, la religiosa confiesa que “es un momento de mucho amor porque el sufrimiento te hace mirar
a lo importante y lo superficial se cae para ver cómo nos necesitamos
los unos a los otros”.
Saben bien de lo que hablan puesto que al igual
que en numerosos conventos, el
coronavirus ha frenado en seco sus fuentes de ingresos así como la
visita de grupos y de familiares. Ahora más que nunca necesitan la ayuda
externa,
Con este brote tampoco pueden vender a través
de internet, por lo que necesitan la ayuda de familiares, amigos y “muchas personas agradecidas por
sus experiencias” para poder sobrevivir. Y a todo ello suman el no
haber podido ver a sus familias desde antes de marzo del año 2020.
Fuente: ReL