Es por ti y por mí
Hola,
buenos días, hoy Matilde nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Entrar en la
Pasión de Jesús es abrir nuestros ojos (y más nuestro corazón) para que la gran
misericordia de Dios nos comunique algo de lo que sentía Jesús y vivía todo su
ser en el momento más importante de su vida: entregar esta por amor, paso a
paso, según la voluntad del Padre le iba marcando, en su inefable designio...
Jesús, en las
manos del Padre, es “el Cordero inmolado”, pero no en figura, como hacían los
judíos en la fiesta de la Pascua, año tras año, sino en verdad y de una vez
para siempre. De modo que, después de la inmolación de su Cuerpo en la cruz, ya
no es necesario ofrecer ninguna víctima agradable a Dios para perdonar todos
los pecados de los hombres, los de entonces y los de todos los tiempos...
Al ser este
hecho tan trascendental, nosotros, pequeñas criaturas, hemos de sumergirnos en
este Misterio de Amor, como la gotita de agua que se introduce en el mar
inmenso de la vida y de la historia...
¿Y qué vemos
allí, en esta contemplación? Vemos a Jesús, que, en el momento final, ya no es
la Palabra hablada y predicada, sino “el Cordero que no abría la boca ante los
que lo herían” con sus palabras y también con sus manos... Él, “como una oveja
llevada al matadero”, se dejaba hacer, sin oponer resistencia alguna... ¡Todo
esto, en Jesús, es la muestra de un Amor infinito por el hombre, por su
criatura, a quién modeló con sus manos suaves y llenas de ternura!...
En este día, si
fuéramos capaces de contemplar esta imagen que es verdad en el Creador, en
Jesús y en nosotros, ¿quién se atrevería a poner sus manos sobre el Cuerpo de
Jesús para herirle y descargar nuestras iras, que no es otra cosa el pecado del
hombre, que le llevó hasta la muerte ignominiosa en la Cruz?... ¡El hombre no
es malo por naturaleza, es inconsciente y ciego al Amor de Dios que le lleva a
buscarse a sí mismo y a rechazar a su Señor y dador de todo bien!...
La Pasión de
Cristo ha sido permitida y querida por Dios para curar nuestras heridas y
devolvernos a las manos del Padre, de las que salimos… ¡Dios quiso de esta
forma mostrarnos “el excesivo amor de su Corazón”...! ¡Y esto es lo que
contemplamos hoy en silencio, viendo a Jesús pendiente de la Cruz!...
Hoy el reto del
amor es hacer un rato de oración contemplando una Cruz. Aquí te comparto una
canción para que ores con ella en este día:
VIVE DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma