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David Bereit |
Bereit fue fundador y, durante más de diez años, director
nacional de «40 días por la Vida», una organización que
defiende la vida en campañas de oración y ayuno que tienen lugar dos veces al
año.
Gracias
a la labor realizada desde «40 días por la Vida» se ha conseguido el
cierre de 104 centros abortistas, cerca de 180 trabajadores de esos centros han
dejado de practicar abortos tras una conversión de corazón, y lo que es más
importante, se han salvado más de 16.000 niños. Unos 725.000 voluntarios de 40
países forman parte de esta organización.
David Bereit
comprendió en un momento dado de su vida que el Señor le pedía dejar su carrera profesional en una empresa
farmacéutica para dedicarse, en cuerpo y alma, a defender a los no nacidos.
Esa
decisión tuvo enormes consecuencias a todos los niveles de su vida,
especialmente para su fe. En este breve vídeo, «Un primer paso: una lucha
por la vida», Berit narra cómo fueron esos primeros momentos de «40 días
por la vida» y dirige un llamamiento a que nos
involucremos en la lucha por la vida.
En
el vídeo, cuenta que él vivía en un pueblo Texas donde Planned Parenthood
anunció que iba a construir un centro abortista en su zona. Entonces se
reunieron muchas personas cristianas, pero sobre todos cristianos católicos,
para frenar ese centro porque "estaban llamados a ser la voz de los que no
pueden hablar por sí mismos".
David
Bereit no quería tener nada que ver con esto pero su mujer le dijo: "David
tenemos que involucrarnos. Desgraciadamente el centro abortista abrió sus
puertas y muchas mujeres abortaron".
"En
esa época Dios puso en mi corazón la necesidad de ser algo más que voluntario.
El 26 de junio de 2001 experimenté
una clara llamada de Dios a dejar mi carrera profesional en
la industria farmacéutica y meterme en esa organización provida", dice en
el vídeo.
Durante
los años siguientes su labor fue desde una bendición hasta un reto increíble.
Pero un día, en verano de 2004 fue un momento crucial para ellos: los niños
seguían muriendo y las mujeres seguían siendo heridas, y "nosotros como
cristianos, no estábamos haciendo lo suficiente", expresa.
Entonces,
aquel grupo se sentó en su pequeña oficina provida y estuvieron rezando durante
una hora invocando a Dios para que les mostrara lo que quería que hicieran.
"Cuidado con rezar estas oraciones porque Dios de verdad nos muestra lo
que quiere que hagamos", señala.
En
esa hora de oración, Dios les mostró un tiempo bíblico, los 40 días que Dios ha utilizado para llevar a
cabo una transformación y para poner a fidelidad a su pueblo. "Sentíamos
que se nos ponía a prueba nuestra fidelidad mientras los niños morían y las
mujeres seguían siendo dañadas. Pero a la vez sentíamos que necesitábamos una
transformación en nuestra comunidad y que toda esta injusticia del
aborto".
De
allí invitaron a toda la comunidad a rezar y a ayunar para el fin del aborto,
porque con la ayuda de Dios todo es posible. "Yo nunca había ayunado, solo mi
maravillosa mujer católica me decía lo que era el ayuno en cuaresma y nos
pusimos a ayunar. La primera vez que ayuné pensé: con el
ayuno podemos cambiar el mundo a nuestro alrededor. Durante
nuestro tiempo de ayuno, nos transforma Dios. Él nos cambia y a través de Él,
cambiamos a otros".
El
segundo reto que les pidió el Señor fue acudir donde las mujeres estaban en
peligro, haciendo vigilia,
sin juzgar ni gritar, ni condenar solo rezar para que
el "Espíritu Santo nos utilizase, ir y ser fieles, y eso durante las 24
horas del día en vigilia. Y el tercer paso fue llevar la buena noticia a toda
la comunidad", relata David Bereit.
"Estaba
aterrorizado pero nos dimos cuenta que si no actuábamos así, los niños
morirían", afirma. Así tuvo lugar el primer "40 días por la
Vida" donde participaron más de mil personas y en aquel primer encuentro
los abortos en nuestra comunidad se redujeron en un 28%. "Más de cien vidas fueron salvadas por la
gracias de Dios y la fidelidad de su pueblo", recuerda.
Ahora
"40 Días por la Vida" está extendido a nivel internacional y más de un millón de personas participan.
"Dios ha actuado de una manera profunda y poderosa", dice.
La
primera campaña de "40 Días por la Vida" removió el corazón de Abby Johnson que
tras ver un aborto, se arrepintió y comenzó su propio camino de sanación siendo
hoy una activista provida.
Posteriormente,
David que era presbiteriano, recibió la comunión en el seno de la Iglesia
Católica y recibió la Eucaristía y la Confirmación con su mujer como madrina de
confirmación. "Dios
hace milagros si estas dispuesta a abrirle tu corazón".
David considera que están asistiendo a ser
testigos del comienzo del fin del aborto.