"El mundo cristiano lo adoptó como signo de Cristo, que al hacerse hombre, morir y resucitar por la humanidad, nos ofrece la inmortalidad, la vida eterna”
A través de un video, el sacerdote mexicano destacó que si bien
“todos los árboles y animales son maravillosas creaciones de Dios”, debido a
“algunas características particulares, algunos de ellos se han llenado de
simbolismo”.
“Por ejemplo, la paloma se ha convertido en símbolo de paz. El
roble en símbolo de fuerza y longevidad. El olivo, en símbolo de victoria. O el
ciprés, por su forma que parece apuntar al cielo, simboliza la unión entre el
cielo y la tierra”.
“Esto hizo que en muchas culturas se convirtiera en símbolo de
inmortalidad”, por eso “el mundo cristiano lo adoptó como signo de Cristo, que
al hacerse hombre, morir y resucitar por la humanidad, nos ofrece la
inmortalidad, la vida eterna”, precisó el sacerdote.
También se usó para “recordar la profecía de Isaías, que anuncia
que Cristo nacería del árbol genealógico de Jesé, padre del Rey David”.
“Así dice el texto: ‘una rama saldrá del tronco de Jesé, un brote
surgirá de sus raíces, sobre él reposará el Espíritu de Dios. Espíritu de
Sabiduría e Inteligencia, Espíritu de Prudencia y Valentía, Espíritu para
conocer a Dios y para respetarlo y para gobernar según Sus preceptos’”, citó.
El sacerdote mexicano indicó que “este tema se representó mucho en el arte
cristiano con el título de árbol de Jesé, árbol de David, o árbol genealógico
de Jesús, en donde en la cumbre del árbol aparece Jesús o María con el Niño
Dios”.
“Finalmente algunos asociaron el pino a Cristo, contrastando el
árbol que dio origen al pecado de Adán, con el árbol de la Cruz por el que
Cristo nos redime del pecado”, aseguró.
El P. José de Jesús Aguilar manifestó que si bien “no podemos
negar que para muchos el pino es un simple adorno”, “para muchos más, el árbol
de Navidad puede ser un elemento que enriquece estas fiestas que nos recuerdan
el nacimiento de Cristo”, finalizó.
Fuente: ACI Prensa