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Celebración de la Beatificación del Mártir Joan Roig |
“La Misa se celebró cumpliendo escrupulosamente todas las medidas exigidas por
la legislación vigente, como se ha ido haciendo desde el inicio de la pandemia
en todas las iglesias de la archidiócesis”, afirma la archidiócesis en un comunicado. Y es que en el templo,
para capacidad real para 9.000 personas ni por asomo se llegaba al tercio que
establece el estado de alarma.
El Arzobispado de Barcelona y la Asociación de
Amigos de Joan Roig Diggle, organizadores del acto, -explican- "queremos
pedir disculpas a aquellas personas que se hayan sentido heridas, mientras
sufrimos restricciones en nuestra vida laboral y familiar".
Pese a cumplir estrictamente con las normas, las
críticas han sido duras e incluso la Generalitat ha anunciado que abrirá un expediente para investigar el caso.
“Queremos manifestar nuestro
desconcierto por la respuesta de algunas autoridades a la celebración
de una Misa que cumplía todos los requisitos legales y condiciones sanitarias.
Además, hace varias semanas, todas
las instituciones habían recibido una invitación a esta Misa. Ante las
actuales restricciones de aforo, a través de los medios de comunicación y las
principales redes sociales, se ofreció la posibilidad de seguir este acto
litúrgico por radio, televisión e Internet”, añade el comunicado diocesano.
Buena parte de las críticas provenían del denominado mundo de
la cultura, que criticaba que los teatros no puedan funcionar mientras se
permitía la celebración de una Eucaristía, obviando que la libertad religiosa
es un derecho fundamental y que además está explícitamente permitido en el
estado de alarma.
Por ello, el Arzobispado de Barcelona ha querido
también tener un gesto con ellos y asegura que “nos unimos a la petición del
mundo de la cultura y de la restauración para que lo antes posible se pueda reiniciar su actividad económica,
con las medidas oportunas que minimicen el riesgo de contagio”.
Estos partidos aseguran que la beatificación les
molesta por razones sanitarias (pese a la perfecta legalidad del acto) pero
muchos sospechan que es así porque que se recuerda la violencia asesina en 1936 de entidades de izquierda -incluyendo
algunas hoy gobernando- contra católicos civiles y desarmados en la
retaguardia.
Joan Roig Diggle, asesinado en la madrugada del 12 de septiembre de 1936 por
milicias anarquistas de Santa Coloma de Gramanet que fueron a buscarlo
a su casa en El Masnou, por petición de un vecino comunista.
Joan recibió 5 tiros en el pecho y uno de gracia en la nuca. Tenía 19
años. Joan, que escondía la Eucaristía en su cuarto, pudo tomarla antes de
que se le llevaran. Semanas antes, unos milicianos habían quemado la iglesia
del pueblo. Desde los asesinatos de varios clérigos en Asturias en 1934 Joan
había reflexionado mucho sobre los mártires y la violencia social.
Fuente: ReL