El
mes de agosto del 2020 cuenta con varios días importantes en el calendario de
la Iglesia, incluidas las festividades de santos que tienen muchas cosas en
común
Izquierda a derecha: San Alfonso María de Ligorio,
San Juan María Vianney, Santa Edith Stein,
San Maximiliano Kolbe, Santa Mónica, San Agustín.
Crédito: Dominio Público
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Algunos pares de santos tienen vidas e
incluso características muy similares, como veremos a continuación.
Santos de la penitencia: Alfonso María de
Ligorio y Juan María Vianney
En
los primeros días de agosto se celebran las fiestas de San Alfonso María de
Ligorio (1 de agosto) y de San Juan María Vianney (4 de agosto), conocido como
Santo Cura de Ars.
Ambos
son reconocidos por ser modelos de celo y llevar a los católicos al sacramento
de la Confesión. Doctor de la Iglesia y fundador de los redentoristas, Alfonso
obtuvo un doctorado en Derecho a los 16 años. En 1723, sin embargo, perdió un
caso muy importante y abandonó esta carrera para volverse sacerdote.
En 1745 escribió sus primeras obras
devocionales y en 1748 publicó la primera edición de su guía de Teología Moral.
Alfonso está clasificado como uno de los más grandes teólogos morales en la historia
de la Iglesia. En 1950, el Papa Pío XII lo declaró patrono de los confesores y
teólogos morales.
Por su parte, el Cura de Ars también es
honrado como uno de los más importantes confesores y santo patrono de los
párrocos. Hijo de granjeros cerca de Lyon (Francia), las terribles guerras de
Napoleón Bonaparte le impidieron ingresar al seminario. Cuando finalmente pudo
estudiar para el sacerdocio, su progreso se vio obstaculizado por su total
incapacidad para aprender latín. Finalmente, ordenado por su bondad, fue
enviado a la aldea de Ars, en Villars-les-Dombes, donde sus superiores
asumieron que no haría daño.
La
gente empezó a acudir a la aldea para confesarse, por su consejo y su
predicación. Con el tiempo, pasó hasta 18 horas al día en el confesionario. Al
igual que Alfonso, que finalmente fue expulsado de la misma congregación que
fundó, Vianney se ganó los celos de algunos sacerdotes que se quejaban ante el
obispo, aludiendo que estaba loco o mentalmente inestable. El famoso obispo
respondió que deseaba que todos sus sacerdotes sufrieran la misma locura. El
Cura de Ars murió mientras escuchaba a un pecador arrepentido.
Santos del campo de concentración: Edith
Stein y Maximiliano Kolbe
El 9 y 14 de agosto, respectivamente,
honramos a dos santos que fueron víctimas del horror nazi y que son a la vez
son santos de la era moderna: Santa Edith Stein y San Maximiliano Kolbe.
Santa
Edith, conocida también como Hermana Teresa Benedicta de la Cruz, fue una
conversa del judaísmo, monja carmelita, filósofa y escritora espiritual. Nacida
en una familia judía, hizo el largo y oscuro viaje de abandonar el judaísmo por
el ateísmo y luego encontrar su camino al catolicismo a través de la filosofía.
Abrazó el catolicismo luego de estudiar la
filosofía de la fenomenología, el tomismo y la lectura de la autobiografía de
Santa Teresa de Ávila. Entró a los carmelitas en 1934 y fue sacada de
contrabando de Alemania hacia los Países Bajos en 1938 para escapar de los
nazis. En 1942, sin embargo, con Alemania ocupando Europa occidental, fue
arrestada con su hermana Rosa (también convertida) como parte del decreto nazi
en contra de todos los católicos no arios.
Murió en una cámara de gas ese mismo
agosto. El Papa San Juan Pablo II la canonizó en 1998 y al año siguiente la
nombró copatrona de Europa, con Santa Brígida de Suecia y Santa Catalina de
Siena.
San
Maximiliano fue un sacerdote franciscano, teólogo y mártir. Nacido en Polonia,
ingresó a los conventos franciscanos en 1907, estudió en Roma y fue ordenado
sacerdote en 1918. Al igual que Santa Edith, poseía un intelecto notable y era
un matemático y científico talentoso, además de periodista. Se ganó el odio de
los nazis por sus escritos, y cuando cayó Polonia en septiembre de 1939, Kolbe
fue arrestado varias veces y finalmente enviado a Auschwitz.
Como prisionero fue torturado por los
guardias de las SS por ser un sacerdote católico, pero nunca dejó de ayudar a
sus compañeros de prisión. Murió el 14 de agosto de 1941 tras tomar el lugar de
Franciszek Gajowniczek, un sargento del ejército polaco que estaba casado y
había sido condenado a muerte.
Santos que son parientes: Santa Mónica y
San Agustín
Fines de agosto cuenta con dos festividades
consecutivas, la de Santa Mónica (27 de agosto) y su hijo San Agustín (28 de
agosto).
Durante varios años y muchas lágrimas,
Santa Mónica rezó para que su hijo, brillante pero rebelde, volviera en sí y se
arrepintiera de su vida libertina con la que desperdiciaba su intelecto. Nunca
dejó de rezar y esperar, y, al final, sus oraciones fueron respondidas. La
conversión final de su hijo se produjo bajo la influencia de San Ambrosio de
Milán, y ella estuvo allí para presenciar el bautismo a manos de Ambrosio.
Murió en Ostia, cerca de Roma, el 27 de agosto de 387.
Agustín, por supuesto, es considerado el
más grande de los Padres de la Iglesia occidental que ejerció una enorme
influencia en la formación de la teología cristiana y la civilización
occidental. Nada de eso habría sucedido si su madre lo hubiera abandonado.
Traducido y adaptado por Diego López
Marina. Publicado originalmente en National Catholic Register.
Autor:
Matthew Bunson