En estos momentos cuentan con más de 2.200
religiosas y en estos meses de pandemia se ha mostrado su entrega atendiendo a
más de 20.000 ancianos sin recursos en 204 asilos y residencias de Europa,
Iberoamérica, África y Asia
La profesión perpetua de estas 13 jóvenes ha estado marcada
por la pandemia de coronavirus / AVAN
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Las Hermanitas de los Ancianos
Desamparados cuidan a miles de ancianos, muchos de ellos
sin recursos, en sus numerosos hogares repartidos por España y otros muchos
países. Y así lo llevan haciendo desde el siglo XIX.
Y debido a su
vocación concreta han
sufrido como pocas órdenes los efectos del coronavirus, contra el que han luchado en
primera línea. Muchos ancianos se han contagiado y muerto por el virus
en sus residencias, al igual que ha ocurrido con las propias religiosas.
Pero a pesar de ello y de una vocación que puede
parecer no muy atractiva para mujeres jóvenes esta congregación fundada en
España por Santa Teresa
Jornet y el sacerdote Saturnino López Novoa en 1873 sigue recibiendo
vocaciones.
Jóvenes que cuidan ancianos, una
vocación que persiste
De hecho, este pasado domingo trece jóvenes profesaron en Valencia los votos perpetuos
como Hermanitas de los Ancianos Desamparados. Y el coronavirus, que tanto
ha marcado a esta congregación estos meses, también tuvo su repercusión en esta
importante celebración.
La Eucaristía fue presidida por el obispo auxiliar
de Valencia, monseñor Arturo Ros, y se celebró en la capilla de la Casa General
de la Congregación situada en Valencia. Debido a la pandemia el acto se realizó a puerta cerrada y
tan sólo estuvieron presentes la comunidad religiosa, los celebrantes y las
profesas.
Desde el Arzobispado de Valencia informan que
por precaución ante la crisis sanitaria, “no estuvieron presentes los ancianos, ni tampoco los
familiares de las profesas, y se cumplieron todas las medidas sanitarias,
como el distanciamiento, con los sitios marcados en los bancos, y el uso de
mascarillas”.
Profesas entre 25 y 30 años de
edad
Las trece jóvenes profesas tienen entre 25 y 30 años. Se trata de
jóvenes de Perú, México, Bolivia y Brasil. Son sor Guicela, sor
Merly, sor María Lires, sor Jacinta, sor Bertha, sor Yeny, sor Rosa Bertha, sor
Lourdes, sor Graciela, sor Mariana, sor Heidy Paola, sor Dirce Andrea y sor Fabiana
Nayara.
Esta profesión
de los votos perpetuos de estas jóvenes religiosas había sido aplazada debido a
la pandemia por lo que se ha realizado “únicamente en Valencia, donde las profesas han realizado su
último año de formación antes de los votos perpetuos; y no en las
provincias religiosas de sus países de origen, como se hace habitualmente para
que los familiares puedan asistir”.
Religiosas que cuidan a más de
20.000 ancianos
En el rito de profesión que se celebró en la
Eucaristía cada joven fue llamada y solicitaron a Dios y a la Iglesia “servir a Jesucristo esposo de las
vírgenes y, por su amor, a los ancianos desamparados”.
Tras la
homilía, las treces religiosas respondieron a la pregunta sobre su consagración
para a continuación postrarse y escuchar las letanías. Finalizadas las
letanías, cada joven “se acercó a la Madre Superiora y leyó la fórmula de
profesión, escrita de su propia mano”, después de lo cual firmó en el altar el
documento. Terminada la profesión, las religiosas “se pusieron de rodillas y el celebrante les impuso la bendición
solemne”.
Posteriormente, recibieron las coronas, “símbolo de la unión con Jesucristo en
el amor y en el sacrificio”, tras lo cual la Superiora declaró
solemnemente que las nuevas profesas formaban ya parte de la congregación.
Las Hermanitas de los Ancianos Desamparados es una
de las congregaciones femeninas con más números de miembros.
En estos
momentos cuentan con más de 2.200 religiosas y en estos meses de pandemia se ha
mostrado su entrega atendiendo a más de 20.000 ancianos sin recursos en 204
asilos y residencias de Europa, Iberoamérica, África y Asia. Decenas de
ellos se encuentran repartidos por toda la geografía española. En ellos se ha
librado una dura batalla contra el coronavirus y las religiosas y restos de
trabajadores han cuidado de los ancianos acompañándolos a muchos en el tránsito
hasta la otra vida.
El carisma de entrega a los
ancianos
Las hermanitas de los Ancianos Desamparados
explican así su carisma: “Nuestro fin específico es el ejercicio constante de la virtud de la caridad cristiana
en los ancianos más vulnerables, acogiéndolos en un ambiente de
familia y atendiendo todas sus necesidades: materiales, de afecto y
espirituales. Queremos, en el día a día, hacer vida la consigna que nos dejó
santa Teresa Jornet: ‘Cuidar los cuerpos para salvar las almas’.
“El Corazón
de Jesús arde en llamas de purísimo amor. Con este amor purísimo es necesario que tratemos siempre a
nuestros ancianos, interesándonos muchísimo de su bienestar temporal y
eterno”, explicaba santa Teresa Jornet, fundadora de la congregación.
Esta congregación nació en Barbastro (Huesca) en
1873 gracias al sacerdote Saturnino López Novoa, que descubrió este carisma a
través del contacto con los pobres en el ejercicio de su ministerio sacerdotal.
Éste toma un impulso definitivo en el año 1872 cuando en los primeros días de
enero, acoge en su casa a
una anciana enferma, la señora Antonia, que vivía sola, abandonada, y
fallecerá envuelta en los cuidados que requería su estado, el día 7 de
abril de ese mismo año en la casa de Saturnino.
Teresa Jornet pasó accidentalmente por
Barbastro, donde conoció al sacerdote Pedro Llacera. Éste, con amplia
experiencia en la labor pastoral, descubrió en una primera conversación con
Teresa Jornet sus valores excepcionales. Le expuso el proyecto de la nueva
fundación que llevaba en mente don Saturnino, gran amigo suyo, y le
invitó a integrarse en ella. Teresa
sintonizó plenamente con la iniciativa del religioso y, en el servicio
al anciano necesitado encuentra el camino para llevar a cabo sus aspiraciones
de entrega total a Dios.
Las primeras jóvenes se unieron a esta incipiente
obra y poco después Teresa
Jornet fue nombrada superior del grupo. El 27 de enero de 1873, con la
vestición del hábito de hermanitas de aquel grupo de 10 jóvenes en la iglesia
del seminario de Barbastro (Huesca), quedará registrado en la historia
como la fecha de fundación de la Congregación de Hermanitas de los
Ancianos Desamparados. El 8 de mayo de 1873, acompañadas de D. Saturnino llegan
a Valencia solicitadas por la Asociación de Católicos, ciudad a la que la orden
ha quedado unida.
Fuente: ReL