Miles de niños de toda
España han visto cómo su Primera Comunión se retrasa por el coronavirus.
Teresa, de Asturias, y Miguel, de Madrid, son dos de ellos
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Teresa (en primer plano) junto a su hermana María,
en Gijón.
Foto: Anabel Llamas Palacios
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El domingo 3 de mayo estaba
marcado en el calendario de casa de Miguel. Ese día, este niño de 10 años de
San Martín de la Vega (Madrid), iba a bautizarse y hacer la Primera Comunión.
«Estaba muy contento», nos cuenta.
Pero su alegría se volvió
tristeza cuando la celebración se suspendió. «Es que es mucha gente la que
viene, y como está el coronavirus...», explica desde Gijón Teresa, una niña de
8 años que se encuentra en la misma situación.
Ella iba a comulgar el 23
de mayo en la parroquia de la Asunción, al lado de su colegio, que se llama
igual. Ya tenía casi todo preparado, menos el vestido. «Va a ser el que usó mi
hermana, y hay que arreglarlo».
El padre Jesús Manuel, el
párroco de Miguel, también lo pasó mal por aplazar las Comuniones. «No quería
que todo esto que está pasando retrasara el deseo de ningún niño» por recibir a
Jesús. Así que tuvo una idea: «Ofrecer a las familias que quieran celebrar la
Primera Comunión de sus hijos que lo hagan en cuanto se pueda ir a Misa».
Aunque claro, no podrá ser
una celebración como las habituales, porque todavía habrá que estar separados
en la iglesia. Así que, en cada Misa, habrá solo un niño o dos con sus
familias. «Podrá venir más gente», cuenta el sacerdote. Serán en sábado, con
una Eucaristía solo para ellos, en la que pueden participar hasta 50 invitados
(un tercio de los que entran en el templo), o en cualquiera de las cuatro Misas
del domingo. Para estas Misas la gente se tendrá que apuntar por internet, para
estar seguros de que no haya más gente de la permitida.
«Quiero bautizarme lo antes
posible»
Las familias que prefieran
esperar y que sus hijos comulguen por primera vez el curso que viene, en
circunstancias más habituales, también podrán hacerlo. «Y si luego se arregla
todo y los niños quieren hacer una celebración en grupo, no hay ningún
problema», dice el padre Jesús Manuel.
Miguel acaba de enterarse
de que seguramente pueda bautizarse y comulgar en unas semanas, y está
encantado. «¡Pensaba que no sería hasta dentro de mucho!», exclama. No le
importa que vaya a ser una fiesta diferente, con menos gente y sin poder hacer
una gran comida luego. Tampoco tiene todavía el traje. Pero está convencido:
«Prefiero hacerlo ahora. Siempre he querido bautizarme lo antes posible».
La preparación más
importante ya la tiene: la catequesis, que en la parroquia hacen con un sistema
que se llama Oratorio de Niños Pequeños. «Hablamos un poco de la vida de Jesús
y luego conversamos con Él y cantamos canciones. Me gusta mucho», nos cuenta
Miguel. Cuando vuelvan las Misas y pongan fecha para el Bautismo, el padre
Jesús Manuel convendrá con la familia de Miguel una fecha «y terminaremos la
preparación», añade el sacerdote.
«Es algo muy especial»
Teresa comulgará el 26 de
septiembre. Todavía tienen que pasar unos meses, pero «al menos podré hacer lo
más importante: recibir el Cuerpo de Cristo». Y lo hará «con las mismas ganas
que tengo ahora, incluso con muchas más. Me hace mucha ilusión, porque así voy
a estar más cerca de Él». Cuando le preguntamos si cree que se pondrá nerviosa,
contesta que «un poco». «Hay tanta gente y también... es una cosa muy especial,
y las cosas especiales te ponen un poco nerviosa».
De momento está siguiendo
la catequesis que da cada día en Facebook don Manuel, el delegado de Catequesis
de Oviedo. «Es muy gracioso y nos lo pasamos muy bien. A veces hace
manualidades para que nosotros las hagamos también: algunos dibujos, y en
Semana Santa, un paso de procesión, con muchos penitentes de papel. Lo hice con
mi hermana, y mi padre y mi madre nos ayudaron».
María Martínez López
Fuente: Alfa y Omega