¿Sabes cuál es el lugar más importante de una iglesia?
Esta es una guía para conocer un poco más los elementos de un
templo católico, su origen y su significado:
El presbiterio
La palabra presbiterio viene del latín “presbyterium”,
que significa “consejo de ancianos”. Hoy a los sacerdotes se les llama
presbíteros, siguiendo la tradición de los primeros cristianos.
Designaron presbíteros en cada Iglesia y
después de hacer oración con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían
creído. (Hechos 14:23)
Dentro de la
arquitectura de la iglesia o templo, es el lugar más alto; generalmente se
llega a él después de subir dos o tres peldaños, y es, como la palabra indica,
el recinto
de los presbíteros o sacerdotes, el lugar que precede al altar
mayor.
El altar
Altar viene de la palabra latina “altare”
que significa “elevación”.
Antiguamente los altares servían para
ofrecer ofrendas y sacrificios. La mayoría eran de piedra y eran llamados aras.
El más famoso del imperio romano fue el Ara Pacis, dedicado a la diosa Pax.
Más tarde los primeros cristianos comenzaron a usar tablas o mesas también para
celebrar un sacrificio, una conmemoración, y una
repetición, del sacrificio de Cristo.
En la zona del presbiterio se
encuentra el altar. En él se colocan las ofrendas y se realiza la consagración
del pan y el vino, su conversión en el cuerpo y la sangre de Cristo.
La sede
La sede o cátedra es la silla más
grande dentro del presbítero donde se sienta el sacerdote. Esta recuerda a la cathedra
Petri, y simboliza la autoridad espiritual que recibió el
apóstol de Jesucristo.
El ambón
El ambón es el lugar donde se proclama
la Palabra de Dios. Puede tener forma de atril, podio o
púlpito. En algunas iglesias, siguiendo la antigua costumbre, existen dos
ambones: el de la derecha (mirando hacia el altar) se usa para leer las
lecturas y el salmo responsorial, mientras que el de la izquierda se usa para
proclamar el Evangelio. Se suele vestir el ambón con los colores del calendario
litúrgico.
Según el Misal, estas son las
características que tiene que tener el ambón:
- Que la Palabra de Dios se proclame desde un
lugar (no desde un mueble que se quita y se pone);
- Que se trate de un lugar adecuado a la
dignidad de la Palabra;
- Finalmente, que no se limite a tener sólo una buena acústica, sino que sea visualmente destacado.
La credencia
La palabra credencia viene del latín credens,
creyente. Es una mesita que se sitúa
junto al altar en la cual se apoyan los elementos que van a ser utilizados en
la celebración, es decir: las vinajeras, la campanilla, el lavabo y los otros
objetos litúrgicos que no deben dejarse sobre el altar.
Los primeros antecedentes de las
credencias se encuentran en las catacumbas en que se han descubierto algunos
vestigios que recuerdan a las mismas.
El sagrario
El sagrario o tabernáculo es una pequeña
caja o armario donde se guarda al Santísimo Sacramento. En los primeros siglos nació la costumbre
de reservar las especies sacramentales. En los primeros siglos del cristianismo
se guardaban las especies sacramentales en las casas y luego en los Templos.
Desde la época de Constantino y
en los siglos posteriores inmediatos, se suspendía en una caja de oro sobre el
altar. Más adelante, cuando nacieron los retablos fijos (donde se colocan las
imágenes de los santos), el sagrario se colocaba detrás del retablo.
El fin primario y principal del
sagrario es la reserva de las sagradas especies consagradas que son usadas
principalmente para la administración del viático.
Es el lugar más importante dentro de la
iglesia ya que sabemos que es Dios mismo sacramentado quien
descansa en ese lugar.
El Misal Romano dice:
“Se
recomienda insistentemente que haya un lugar para la reserva de la Sagrada
Eucaristía en la Capilla, que sea idóneo para la adoración privada de los
fieles. Si esto fuera posible, se pondrá el Santísimo Sacramento conforme a la
estructura de cada templo, en otro sitio que sea verdaderamente noble y esté
debidamente adornado. Y solamente en un Sagrario, sólido e inviolable (OGMR
276-277).
El sagrario está siempre
iluminado con una lámpara en señal de que el Santísimo Sacramento está presente
allí.
Fuente o Pila Bautismal
Las pilas bautismales son recipientes en
los que se contiene el agua para impartir el sacramento del bautismo.
Las primeras pilas bautismales
se encontraban ya en las catacumbas. Estas pilas primitivas eran grandes y
rectangulares, como una piscina. A partir del siglo XIV, las pilas se hicieron
de menor tamaño. De piedra, de bronce u otro material, estaban cubiertas con
una especie de torrecilla o cimborio y muchas veces se colocaban a un lado de
la iglesia apenas pasada la puerta de entrada.
La cruz
En cada iglesia siempre hay una cruz, el
símbolo más importante de los cristianos, ya que por ella Jesús nos donó la
salvación. Son de distintos tipos y estilos; según el lugar
puedes estar más o menos decoradas y ser más o menos antiguas.
Nave central
Nave viene de la palabra latina navos,
que denomina al lugar entre dos columnas o muros.
La nave central es el lugar
reservado a los fieles dentro de la iglesia, el lugar donde
se encuentran los bancos colocados de tal forma que todos
puedan participar, escuchando y participando con las distintas posturas
recomendadas en los diversos momentos de las celebraciones litúrgicas.
Confesionario
El confesionario es un pequeño recinto
aislado dentro de la iglesia, generalmente de madera, que sirve para
administrar el sacramento de la reconciliación.
Se divide en dos sectores, muchas veces conectados por una ventanilla; de un
lado el sacerdote escucha la confesión del fiel que se acerca al sacramento.
Vía Crucis
Es un conjunto de catorce imágenes adheridas
a los muros alrededor de la iglesia que representan las estaciones
de la Pasión del Señor recordándonos la Vía Dolorosa. El
Vía Crucis generalmente está compuesto por 14 estaciones, pero algunas veces se
le agrega una estación más: la “Resurrección”.
Agua bendita
La pila de agua bendita, que es diferente a
la pila bautismal, es un recipiente de piedra u otro material que se encuentra
a la entrada de la iglesia y que contiene agua bendita, de manera que el que
entra o sale pueda santiguarse con ella.
El origen de estas pilas de agua
bendita se remonta a los primeros cristianos; en las catacumbas se encontraron
los primeros recipientes para colocar el agua bendita hechos de mármol o de barro
cocido.
Maria Paola Daud
Fuente: Aleteia