Un
spray increíble
Hola,
buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Una
amiga muy querida de la Comunidad nos envió, entre otras cosas, un spray de
própolis para el dolor de garganta. Es puramente natural, y tenía buena pinta,
pero hasta hace poco no había tenido que usarlo. Sin embargo, un día de estos
comencé a tener un poco de dolor de garganta, así que una hermana me lo dio
para que lo probase.
Un
pequeño “plizz” disparando hacia la garganta y un gran escozor... “¡Se nota que
está curando -me decía a mí misma- porque cómo escuece!” Un rato después, el
dolor de garganta había desaparecido completamente.
Así
que me puse a escribir a esta amiga dándole las gracias por aquel spray tan
genial. Y, entre bromas, le decía: “¿Cómo encuentras estas cosas? ¿Podrías
buscar, a ver si encuentras, un spray para curar el mal genio? 😇”
Y
es que me salió del alma, porque a veces uno se siente como de mal humor, unas
veces con razones objetivas, pero otras, completamente subjetivas. Y, por eso,
pensaba que, si hubiera un spray para curarlo, sería genial... sobre todo
porque el mal humor a veces es capaz de cargarse tu día o, peor aún, de
estropear el de los demás.
Nos
echamos unas risas... pero me quedé sin spray. Hasta hace unos días, que, de
pronto, casi sin darme cuenta, me encontré con ese “spray” entre mis manos: el
Rosario.
Me
lo habían recomendado mil veces, pero, fuera del rosario comunitario que
rezamos cada día, nunca había hecho mucho caso, hasta que, últimamente, creo
que hasta me sobreviene la necesidad de cogerlo y orar.
Y
lo que vengo experimentando es que es un verdadero “spray anti mal humor”,
porque, según empiezas a rezarlo, la oración te devuelve la confianza en Jesús
y en María al corazón. Y, ciertamente, al comienzo también hay un pequeño
“escozor”, porque soltar las razones que te ponen de mal humor o dejar a un
lado el propio yo siempre escuece... pero, al igual que el otro spray, cuando
escuece es que está curando. Y, al cabo de unas avemarías... el corazón se
suelta y se abre, y así Cristo lo inunda de su Paz.
Hoy
el reto del amor es que, cuando sientas que algo te quita la Paz, cojas el
rosario entre tus manos, y dejes que María te conduzca a Jesús. Deja todo en
Sus manos y tu corazón volverá a descansar, porque sabe en Quién está confiado.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma