Murió el Santo, 2 de abril de 1507. El pueblo empezó inmediatamente a proclamarlo como santo y los milagros empezaron a sucederse
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En acción de gracias se
fue a los 14 años en peregrinación a Asís, y allá recibió la inspiración de
convertirse en ermitaño, dedicado a rezar y a hacer penitencia.
Se
retiró a la montaña, y ahí permaneció durante cinco años, rezando, meditando y
alimentándose solamente de agua y de hierbas silvestres y durmiendo sobre el
duro suelo, teniendo por almohada una piedra. Pronto, varios hombres siguieron
su ejemplo. Francisco tuvo que fundar varias casas para sus religiosos y, en
todos sus conventos puso una consigna o ley que había que cumplir siempre.
Decía así: "Cuaresma perpetua". Esto quiere decir que en la
alimentación se debían hacer las mortificaciones que antiguamente se hacían en
cuaresma con el fin de fortificar la voluntad.
Miles
de hombres decidieron abandonar la vida pecaminosa del mundo e irse a la
Comunidad religiosa fundada por San Francisco de Paula. Así como San Francisco
de Asís les había puesto a sus religiosos el nombre de "hermanos
menores", San Francisco de Paula les puso a los que pertenecían a su
comunidad el nombre de "hermanos Mínimos". El Divino Espíritu le
concedió a San Francisco de Paula el don de hacer milagros, de hacer
curaciones, y el don de profecía.
El
Papa Pablo VI dijo en 1977 que San Francisco de Paula es un verdadero modelo
para los que tienen que llamarles la atención a los gobernantes que abusan de
su poder y que malgastan en gastos innecesarios el dinero que deberían emplear
en favor de los pobres. Por muchos años nuestro santo recorrió ciudades y
pueblos llevando los mensajes de Dios a las gentes.
Y en aquellos tiempos (como ahora) había
alcaldes, gobernadores, ministros y hasta jefes de Estado que abusaban de su
poder y gastaban los dineros públicos para enriquecerse o para hacer gastos
inútiles y conseguir lujos, en vez de socorrer a los necesitados. A ellos les
iba recordando San Francisco que a cada uno le dirá Cristo en el día del juicio
aquellas palabras que dijo en el Evangelio: "Dame cuenta de tu
administración".
También
les recordaba esta frase del Apocalipsis: "He aquí que tengo y traigo
conmigo mi salario. Y le daré a cada uno según hayan sido sus obras". Todo
esto hacía pensar muy seriamente a muchos gobernantes y los llevaba a corregir
los modos equivocados de proceder que habían tenido en el pasado.
El
santo logró convertir a Luis XI antes de su muerte. Este quedó tan agradecido
que nombró a Francisco de Paula como director espiritual de su hijo, el futuro
Carlos VIII, rey de Francia.
Murió
el Santo, 2 de abril de 1507. El pueblo empezó inmediatamente a proclamarlo
como santo y los milagros empezaron a sucederse.
Doce
años después de su muerte, fue proclamado santo por el Sumo Pontífice León X,
en 1519.
Fuente:
ACI